Ki Tetzé
9 de Elul 5760;
9 de Septiembre 2000
· Haftará
· Información sobre la
suscripción
Esta publicación también esta disponible
en los siguientes formatos: Explicación de estos símbolos
Resumen
de la Parashá
La Torá describe la
manera permisible que una mujer
capturada en la batalla puede casarse. Se protege el derecho de herencia del
hijo primogénito. Se enseña la pena
para el hijo que tomó el mal camino. No
se debe dejar en la horca el cuerpo de
un hombre que fue colgado, toda la noche.
Alguien que encuentra propiedad ajena perdida tiene la responsabilidad
de devolverla. Está prohibido para
hombres y mujeres usar ropa del sexo opuesto.
Uno no debe tomar una pájara y sus huevos; para tomar sus huevos se debe
echar a la madre primero. Una cerca
debe ser construída alrededor del techo de una casa. Está prohibido plantar un campo con una mezcla de semillas, arar con un buey y un burro al mismo tiempo,
o hacer una ropa con lino y lana juntos.
Una ropa que tiene cuatro esquinas debe llevar tzitzit en las
esquinas. Se enseña la prohibición de
ciertas relaciones inmorales. Se enseña la suerte de un esclavo que se escapa.
Está prohibido la usurería. Se le advierte a los Hijos de Israel en contra de
hacer juramentos. Un trabajador puede comer de la fruta que está cosechando
pero no puede llevarla a casa. Son
legisladas las leyes de divorcio y segundas nupcias. Un hombre recién casado está excento del servicio militar para
poder estar con su mujer durante el primer año de casados. Se enseña la pena
por secuestro. Está prohibido remover las señas de la tzara’at. Se debe
pagar a los trabajadores inmediatamente.
Convertidos y huérfanos tienen derechos especiales de protección. Los pobres tienen una parte de la
cosecha. Una corte puede imponer el
castigo de latigazos. Un buey no debe ser maltratado mientras trilla; se le debe permitir comer mientras
trabaja. Es una mitzvá para un hombre
casarse con la viuda de su hermano si no hay hijos de ese matrimonio. Se debe ser honesto respecto de las medidas
de peso. Cualquier rastro de Amalek
debe ser erradicado, por que ellos tendieron una emboscada al Pueblo Judío
después del Exodo.
Comentario a la Parashá
“Y será que si no la quisieses...” (21:14)
“Nada
de televisión para los niños pequeños”, rezaba el titular del New York Times,
no hace mucho tiempo. “Los niños menores de dos años no deben ver televisión;
los niños mayores no deben tener
aparatos de televisión en sus dormitorios y los pediatras deben hacer que los
padres llenen su historia de los medios junto con su historia médica”.
A
estas recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría iba adjunta la
advertencia de que “la televisión puede afectar la salud mental, social y
física de los menores”.
Distintos
estudios llevados a cabo por la Asociación Médica Norteamericana, la Academia
de Psiquiatría del Niño y el Adolescente y el Instituto Nacional de Salud
Mental llegaron a la conclusión de que existe una conexión entre la violencia
de los programas de televisión y la conducta violenta de los menores.
Pero,
de todas maneras, las cosas siguen igual que antes. El hombre occidental se
sienta pegado a su TV. “A mí no me va a pasar”, piensa. “Yo vivo una vida
sofisticada. Yo percibo todo su estridente materialismo. Sé que mi vida no va a
mejorar si cambio de marca de dentífrico”.
No
se engañe. Así como hay kashrut para la boca, hay kashrut para
los ojos. Lo que Ud. ve le entra... y se queda adentro.
En
los años 60, se descubrió una nueva forma de publicidad y casi de inmediato fue
declarada ilegal. Las firmas de publicidad de Madison Avenue se dieron cuenta de
que una imagen de su producto en un solo marco de filmación, apareciendo a 24 marcos por segundo, dejaba un mensaje subliminal
impreso en la mente del espectador. Un mensaje del cual no estaba consciente en
absoluto. A causa de su extrema sutileza, el mensaje lograba vencer las
defensas del consumidor, implantándose en su subconsciente.
Uno
es lo que come. Uno es lo que ve.
Que
no sintamos de inmediato los efectos de ver televisión no significa que el
mensaje no se arraigue en nuestro inconsciente.
En
la parashá de esta semana, la Torá legisla que si un soldado desea una mujer
que fue capturada en la batalla, debe llevar a cabo todo un proceso antes de
poder casarse con ella. “La llevarás a tu casa; ella se rapará la cabeza y se
dejará crecer las uñas... habitará en tu casa y llorará por su padre y su madre
un mes entero...”. La Torá continúa “Y será que si no la quisieses...”.Pero
hubiera sido más gramáticamente correcto decir “Y será que si no la quisieres”,
en el futuro. ¿Por qué la Torá elige el tiempo pasado?
La
respuesta puede hallarse en el modo en que la Torá describe el primer
encuentro entre el soldado y su
cautiva: “... y verás entre sus cautivos una mujer que es bella de forma y la
desearás”. La Torá emplea aquí un verbo diferente: “y la desearás”. No dice “y
la querrás”.
En
la vida, hay cosas que se “quieren” y cosas que se “desean”. Lo que se quiere
se basa en la lógica y el buen juicio. Lo que se desea es simplemente eso... un
deseo pasajero que acaba marchitándose como una flor. Cuando la Torá dice “si
no la quisieses”, no está mencionando una alternativa, sino afirmando un hecho.
En ningún momento la “quisiste” verdaderamente, simplemente la “deseaste”... de
allí el tiempo pasado. Aunque la “deseaste”, en realidad en ningún momento la
“quisiste”. Tus emociones dominaron a tu razonamiento.
La
próxima vez que apagues el televisor, no dejes de advertir esa sensación de
cansancio y letargo que invaden tu cuerpo y tu alma. A duras penas te levantas
del sillón y te restriegas los ojos para poder ver en la luz.
Acabas
de pasar dos horas en el mundo del deseo. Nada es real.
Hazte
un favor.
Lleva
el/los TV/s al patio. Consigue una magnum .357 y, desde la seguridad de tu
casa, dispara una bala certera justo en el medio de la pantalla.
Te
vas a sentir mucho mejor.
Ohel Moed en Maianá shel Torá
???
Preguntas al Rabino ???
Jack Nadelman escribe:
Estimado Rabino:
El servicio religioso ortodoxo más cercano a
mí se encuentra a dos millas y cuarto, y yo vivo al sur de Florida donde hay solo
dos temporadas al año: verano y turistas. Pues bien, en el verano entre el
calor y la humedad me siento como en una sauna cuando camino a la sinagoga. De
todos modos se me ocurre... ¿por qué no ir en ‘rollerblades’? ¿Puedo ir en
‘rollerblades’ hasta el servicio religioso en Shabat?
Estimado
Jack:
Para empezar hay una prohibición de cargar
cualquier cosa de un dominio público a un dominio privado en Shabat. Cuando
llegas a la sinagoga, asumo que te quitas los ‘rollerlades’. El quitártelos
afuera y cargarlos hasta adentro está prohibido, siendo que no hay ‘eruv’
en donde vives. Para evitar esta prohibición necesitarás de cargar con los
‘rollerblades’ hasta que te encuentres adentro del edificio, para entonces
quitarte esos patines. Al dejar la sinagoga, deberás ponerte los patines
adentro y sólo entonces podrás salir.
Pero hay otra consideración. Nuestros sabios
prohibieron salir vistiendo ciertas prendas que probablemente te quites. Por
ejemplo, puede ser que ciertos tipos de joyería te la quites para enseñarla a
tus amigos, o zapatos que son muy grandes para tus pies. Esta prohibición esta
diseñada para evitar que te quites el artículo accidentalmente y lo cargues en
el reshut harrabim (dominio público).
Ahora, ¿acaso esta prohibición incluye patines ‘rollerblades’?
Después de todo se acostumbra a quitar los ‘rollerblades’ en la puerta y luego
se llevan adentro, siendo que es probable que adentro hayan escaleras que bajar
o alfombra.
Le expuse tu inquietud al Rab Jaim Pinjas
Scheinberg, shlita. El Rab Scheinberg dijo que esta prohibición no se
extiende fuera de los artículos mencionados en el Talmud. Por lo tanto no se
aplica a ‘rollerblades’.
Sin embargo hay que tomar otra cosa en
consideración: “Kavod Shabat”, honrar al Shabat. Honramos al Shabat luciendo
nuestras mejores ropas, comiendo deliciosos platos, cantando lindas canciones
de Shabat y rezos. También la forma en que caminamos y hasta lo que decimos en
Shabat está influenciado por la Santidad del día: no hablamos de negocios o
temas de asuntos de la semana. Todo esto es parte del “Kavod Shabat”.
Rab Scheinberg dijo que el patinar es inequívocamente “zilzul” del
Shabat, o sea, fuera de contexto en lo que respecta al honor del Shabat.
En otras palabras, tus sueños de convertirte en un tzadik-rápido
simplemente no van.
Fuentes:
Shulján
Aruj Oraj Jaim 301:1,7; O.C. 303
“El Incomparable
Cholent”
El plato principal de la segunda ‘seudá’ de
Shabat, que se realiza el Shabat al mediodía, es por tradición el famoso
Cholent, llamado así por las comunidades ashkenazíes. Su nombre sin embargo no
tiene un origen definido, y solo podemos sugerir que puede provenir del
francés: “Chaud-lent”, que quiere decir “caliente-lento”, y que a su vez
describe la forma de cocción de dicho plato.
R. Naftali Falk, de Inglaterra, sugiere que otra
opción del origen de su nombre es del hebreo “she-lan” queriendo decir
“que pasó la noche”, refiriéndose al hecho que el Cholent ‘pasa la noche’
entera al fuego.
Pregunta: “¡Soy demasiado joven para ser parve!” ¿Quién soy?
Respuesta: “Soy un huevo subdesarrollado”. Según ley
rabínica al pollo se lo considera “carne” y no se puede cocinar o comer con
leche. Un huevo subdesarrollado dentro de la gallina se considera parte de la gallina.
Más tarde, cuando el huevo se desarrolla, se considera una entidad separada,
aun cuando se encuentre dentro de la gallina –y es parve, queriendo decir que
se puede cocinar ya sea con carne o con leche.
Fuente:
Shulján Aruj, Yoré Deá 87:5.
???¿ALGUNA
PREGUNTA?
Si tiene alguna inquietud sobre leyes o costumbres de su judaísmo, o quiere
aclarar aulguna duda, puede enviarnos su pregunta a spanish@ohr.edu y procuraremos
contestarle lo más pronto posible. Nos reservamos el derecho de publicar las
preguntas y respuestas. No todas las respuestas dadas serán publicadas en
"Judaísmo", pero todas serán respondidas, B´H.
Yeshayahu 54:1-10
“Canta, oh yerma, que no ha dado a luz... pues los
hijos de la desolada superan a los hijos de la deshabitada” (54:1)
Una
broma vieja: “Rabino. Le recé a D-os una y otra vez para que me diera algo que
yo quería muchísimo, pero mis plegarias no obtuvieron respuesta”.
“Sí
que obtuvieron respuesta”, respondió el rabino. “La respuesta fue ¡NO!”
Incluso
cuando nos parece que la respuesta a nuestras plegarias es un rotundo No, en
realidad, ninguna plegaria queda sin responder. Cada plegaria ejerce un gran
impacto en los reinos espirituales. Cuando parece que una plegaria quedó en el
camino, nos parece que no tiene ningún valor, pero no es así, puesto que
ciertamente ha causado un impacto poderoso en la tela misma de la realidad. En
las altas esferas, mucho más allá de
adonde llega nuestro entendimiento, ese pequeño rezo está moviendo mundos
enteros.
Ese
es el significado del versículo “Canta, oh yerma, que no ha dado a luz...
pues los hijos de la desolada superan a los hijos de la deshabitada”. Los
hijos de la desolada, esas plegarias “huérfanas”, están modificando el universo
mucho más allá del limitado alcance de nuestros ojos físicos.
Deguel Majané Efraim
Selecciones de
fuentes clásicas en las que se expresa La
Tribu de Dan recibió como herencia una porción en el centro de la Tierra
Prometida, y esta porción se conoce hoy en día como Gush Dan. En el Tanaj se
relata cómo la Tribu de Dan, al recibir su porción, se encontraron con que
estaban muy “apretados” y decidieron ampliar su dominio conquistando la
cercana ciudad de Léshem, camino de Shomrón. “Y subieron los hijos de Dan, guerrearon hasta Léshem y la
conquistaron… …y llamaron a Léshem Dan” (Yehoshúa 19:47). Al conquistar Léshem, la
arrasaron por completo y construyeron en su lugar una hermosa ciudad que
nombraron Dan, en honor a su patriarca. En
la época de los profetas la ciudad de Dan se transformó en centro de“avodá
zará”, idolatría. Allí Micá y Yerobam ben Nevat instalaron sus
idolatrías, como figura en Reyes I 12. En Bereshit (14:14) se relata que
Abraham Avinu persiguió a los cuatro reyes hasta llegar a la región que
heredaría Dan, y el Medrash Rabá comenta sobre ello que “por cuanto que llegó
el Tzadik a Dan, su fuerza se disminuyó, siendo que vio que en el futuro sus
hijos realizarían ‘avodá zará’ en este lugar”. Aún
hoy se encuentran en pié las tarimas y los altares en los que se llevaban a
cabo los sacrificios a las idolatrías de aquel capítulo oscuro de la historia
del Pueblo Judío. En el lugar se han encontrado huesos de animales,
implementos de vertición y recientemente hasta “ketubot”, contratos de
matrimonios judíos, que datan de la época de los reyes del Tanaj. Ertez
Avotenu |
Escrito y Recopilado por: Rabino Yaakov Asher Sinclair
Editor y Responsable: Rabino Moshe Newman
Diseño de HTML: Moises Cohen
Esta y otras publicaciones de Torá (en Inglés) están disponibles
en el E-Mail.
Para suscribirse a Judaismo, enviar el mensaje "sub judaismo {su nombre
completo}" a listproc@ohr.edu
Or Sameaj es un grupo de Yeshivot y centros de acercamiento, con
sucursales en Norte América, Europa, Sud Africa y Latino América. El Campo
Central en Jerusalem provee un completo servicio educacional para más de 550
estudiantes de día completo.
© 1998 Ohr Somayach International. Esta publicación
puede ser distribuida intacta a otra persona sin previo permiso. Invitamos a
nuestros lectores a incluir nuestro material dentro de otras publicaciones,
como revistas comunitarias. Sin embargo, solicitamos que nos soliciten permiso
de antemano, y que luego nos envien una copia del ejemplar.
Instituciones Or Sameaj
Calle Shimon Hatzadik #22, Apdo. 18103
Jerusalem 91180, Israel
Tel: 972-2-810315 Fax: 972-2-812890
E-Mail (español): spanish@ohr.edu
E-Mail (inglés): info@ohr.edu
Copyright© 1998 Or Sameaj Internacional, Todos
los derechos reservados. Envíenos sus comentarios!
Las publicaciones electrónicas de Judaísmo pueden ser dedicadas en memoria de
algún ser querido, o celebrando alguna fecha especial. Póngase en contacto con
nosotros para mas detalles.