Vaikrá
3 de Nissan 5759; 20 de marzo 1999
Resumen de la Parashá
Contenido
El Libro de Vaykrá (Levítico), que comenzamos a leer esta semana, también se denomina Torat Kohanim, Las Leyes de los Sacerdotes. En su mayor parte, trata de los korbanot (ofrendas) que se presentan en el Mishkán (Tabernáculo). El primer grupo de ofrendas se denominan "Olot", ofrendas ígneas. El animal es traído a la entrada del Mishkán. En lo concerniente al ganado vacuno, la persona que traía la ofrenda colocaba las manos sobre el animal. Luego el animal era sacrificado y el Kohen salpicaba su sangre sobre el Altar. Se lo desollaba y se lo trozaba, y luego las partes eran dispuestas y lavadas, y se las quemaba en el Altar.
También se describe el proceso en que se presentan las ofrendas ígneas de los demás animales y aves. Se describen, además, las distintas ofrendas vegetales, parte de las cuales se queman en el Altar, mientras que el resto lo comen los Kohanim. Se prohíbe mezclar levadura o miel en las ofrendas. La ofrenda pacífica, parte de la cual es quemada en el Altar, y la otra parte comida, puede ser tanto de ganado vacuno como de ovejas y cabras.
La Torá prohíbe comer sangre y jelev (cierta grasa de los animales). Se detallan los sacrificios expiatorios, que expían los pecados cometidos por error, tanto por parte del Kohen Gadol, como por toda la comunidad, el príncipe y el ciudadano común. Se enumeran las leyes de las ofrendas de culpa, que expían ciertas transgresiones verbales y pecados relativos a las leyes de pureza ritual. Por último, se detallan las ofrendas vegetales que deberá presentar aquél que no pueda afrontar los gastos de la ofrenda de culpa normal, la ofrenda que expía la malversación de propiedad sagrada, las leyes de ofrendas de "culpa cuestionable" y las ofrendas para pecados de deshonestidad.
Comentario a la Parashá
Contenido
"Y El llamó..." (1:1)
Miguel Angel podrá haber entendido mucho de escultura, pero de anatomía judía, no tenía mucha idea que digamos... Al esculpir a Moisés, ¡le hizo cuernitos! El problema de Miguel Angel provino de una mala traducción de la palabra hebrea keren. Es verdad: keren sí significa "cuerno", pero también significa "rayo de luz". Tal vez, el término "corona" del castellano, en el sentido de "halo radiante", provenga de "keren".
¿Cómo es que Moshé recibió sus "cuernitos"?
Al terminar de escribir la Torá, le quedó un poco de tinta en la pluma. Se pasó la pluma por la frente y las gotas de tinta hicieron rayos radiantes de luz.
En el Cielo y la Tierra todo es preciso. Si Moshé recibió tinta para escribir la Torá, se le dio la cantidad de tinta necesaria para escribir la Torá, y ni una gota más. No se trata aquí de remanentes y descuentos de fin de temporada. Acá hablamos de la tinta de la eternidad. ¿Cómo es posible que le haya sobrado tinta a Moshé?
Si te fijas en un Sefer Torá, vas a ver que la primera palabra de Vaikrá (Levítico) está escrita de un modo inusual. La última letra de esa palabra, la alef de vaikrá, está escrita mucho más pequeña que el resto de la palabra.
¿Por qué?
Cuando Hashem le dijo a Moshé que escribiera la palabra Vaikra, "Y El llamó...", Moshé no quiso escribir esa última alef, porque sintió que esa letra le confería a él mucha importancia. ¿Cómo iba a escribir que Hashem lo llamó a él? ¿Quién era él, para que Hashem lo llamara? Un simple mortal. Moshé habría preferido escribir "Vaikar" "Y sucedió (que El encontró a Moshé...)", como si Hashem hubiera salido y se hubiera encontrado de pronto con Moshé; como si El no hubiese hecho absolutamente ningún esfuerzo para aparecérsele.
A pesar de las protestas de Moshé, Hashem le dijo que escribiera "Vaikrá", "Y El llamó". Moshé puso una alef al final de la palabra, tal como Hashem le había encomendado, pero la escribió más pequeña.
¿Qué simboliza la alef pequeña?
La alef es la letra que representa la voluntad, el ego. Es la primera letra de la palabra "Yo", Aní,en hebreo. Cuando una persona se ve a sí misma como una A Grande, el Número Uno, Le está usurpando la corona a Aquél que en verdad es Uno.
Por el contrario, cuando el individuo se ve a sí mismo como una alef pequeña, está dejando lugar para que habite en él la Presencia Divina. No tiene la cabeza hinchada con el "algodón de azúcar" del egocentrismo.
Moshé fue el más humilde de todos los hombres. Moshé se hizo a sí mismo tan pero tan pequeño que apenas si estuvo en este mundo. No quiso ni siquiera ser una alef pequeña. El, como ningún otro hombre ni antes ni después, percibió que hay una Sola Alef en toda la Creación, un solo Número Uno: Hashem.
Moshé empequeñeció tanto su propia alef, su propio ego, que mereció que la Torá fue entregada por su intermedio.
¿Cómo consiguió los cuernitos? La tinta sobrante que le quedó en la pluma debería haberse empleado para escribir una alef grande. Pero ahora se transformó en una corona de luz radiante que adornaba al más humilde de los hombres.
"Cuando un hombre de entre vosotros trajere un korbán" (1:2)
La cercanía y la distancia no necesariamente deben medirse en metros o millas, porque las personas pueden estar cerca estando en los polos opuestos de la tierra, y pueden estar lejos aunque estén sentadas una al lado de la otra en un ómnibus, o viviendo en una misma casa. La cercanía es algo espiritual. Es parte de la vida interna.En castellano no existe un término que pueda expresar el significado de los korbanot que se traían al Beit ha Mikdash. La palabra "sacrificio", por ejemplo, implica renunciar a algo de valor para que otra persona se beneficie. Obviamente, Hashem no se beneficia con nuestros "sacrificios", porque a El no Le falta nada.Además, la palabra "sacrificio" implica un objeto de valor. Pero en nuestro caso, lo que nosotros obtenemos del "sacrificio" es infinitamente más valioso que el "sacrificio" mismo.
La palabra "ofrenda" tampoco es apropiada. La idea de una ofrenda es que viene a "calmar" a la persona a la que se la trae. Es como "comprar" a alguien. Una especie de soborno. La razón por la que nos resulta difícil traducir la palabra korbán al castellano es porque nuestros conceptos de "sacrificios" y "ofrendas" derivan de culturas paganas. De hecho, para dichas culturas, ambos términos resultaban aptos y apropiados.
La raíz de la palabra korbán es la misma que la palabra "cercanía". Se emplea exclusivamente en relación con la relación del Hombre y Hashem. Cuando un individuo traía un korbán, quería acercarse a D-os, que es el único bien real que existe. Todos los otros "bienes" son pálidas imitaciones, falsificaciones sin valor, comparadas con el bien verdadero de estar cerca de Hashem.
Hoy en día, en que ya no gozamos de la cercanía a Hashem que nos ofrecían los korbanot, tenemos en cambio un sustituto: la plegaria. Cuando volcamos el corazón en nuestras oraciones, nos estamos ofreciendo nosotros mismos a Hashem, acercándonos, nosotros mismos y el mundo entero junto con nosotros, a D-os.
"Sin mácula..." (1:3)
Una vez, el famoso actor de cine australiano, Peter Finch, señaló: "Cuando uno mueve una ceja en el cine, se mueve varios metros...".
Nunca antes en la historia se puso tanto énfasis en la apariencia externa de las personas y de los objetos. Tanto si se trata del nuevo modelo de coche súper-ultra-moderno, como de la estilizada forma humana, producto de horas y horas de gimnasia y aerobics...
En tanto que cultura, estamos obsesionados con el aspecto exterior de las cosas.
Oliver Cromwell tenía una verruga muy grande en la nariz. Quién sabe si se hubiera transformado en gobernante de Inglaterra si hubiera tenido que aparecer en la TV, en el programa periodístico de las nueve de la noche...
El medio se ha transformado en el mensaje. Lo externo pasó a ser lo interno.
No es que el aspecto sea algo sin importancia. Todo depende del contexto. La Torá nos dice que el korbán del Mishkán y el Beit ha Mikdash debían ser "tamim", sin mácula.
Cuando el individuo traía un korbán, debía ser completamente sano. Cuando el judío busca acercarse a D-os, debe hacerlo con toda su fuerza y todas sus facultades. No se debe omitir ni abreviar nada. Su servicio también debe ser "sin mácula". La perfección del korbán era la expresión física de la perfección del corazón que busca acercarse a Su Creador.
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Escrito y Recopilado por: Rabino Yaakov Asher
Sinclair
Editor y Responsable: Rabino Moshe Newman
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