¡Judaismo! - Shofetim
Shofetim
7 de Elul 5758; 29 de agosto 1998
Resumen de la Parashá
Contenido
Moshé le dice a los Hijos de Israel que elijan jueces y policías en sus ciudades. Sobornar está prohíbido , aún con la suma más pequeña. Los árboles no deberán ser plantados cerca del Altar de D-os, como hacían los idólatras. Son detallados defectos y otros puntos de descalificación en los animales designados para hacer sacrificios.
El Gran Sanhedrín toma decisiones obligatorias en nuevos casos, basado en el criterio de la Torá. Aún un estudioso muy capacitado que se niega a aceptar las decisiones del Sanhedrín merece la pena de muerte. Un Rey Judío puede tener posesiones y símbolos de poder que corresponden al honor de su puesto, pero no para acrecentar su auto-estima. El tiene que escribir dos rollos de Torá para sí mismo; uno para que siempre esté con él para que no se haga arrogante. Los Cohanin y Leviím no heredan tierra en Israel, sino que son mantenidos por medio de las ofrendas y diezmos de los Hijos de Israel. Todo tipo de adivinaciones, incluyendo astrología y sesiones de espiritismo, son prohibidos. D-os le promete al Pueblo Judío que le enviará profetas para que los guíe, y Moshé explica como se distingue a un verdadero profeta de uno falso. Son creadas ciudades de refugio para uno que mata accidentalmente, y se convierte en refugiado de la venganza de la familia del fallecido. Sin embargo, a uno que mata con intención, si la corte lo sentencia a muerte, es ejecutado.
Se le advierte a los Hijos de Israel no moverse de sus límites para incrementar su propiedad.
A dos testigos que conspiran para provocar un daño a alguien, se los castigará con el mismo castigo que trataron de causarle a la parte inocente. A un Cohen se lo unge cuando Israel va a la guerra para que el pueblo incremente su confianza en D-os. Entre los que están descalificados para ir a la guerra se encuentran cualquiera que haya construído una nueva casa y no haya vivido en ella aún, o quien es miedoso o temeroso de corazón. Se le debe dar la oportunidad de hacer la paz a los enemigos , pero si ellos se niegan, se debe matar a todos los hombres. Los árboles frutales son conservados y no cortados innecesariamente durante el sitio. Si se encuentra un cuerpo entre ciudades, los sabios de la ciudad más cercana deben hacer expiación por una posible negligencia.
Comentario a la Parashá
Contenido
"...pues el soborno ciega los ojos del sabio" (16:19)
Hay muchas maneras de hacer que un disco sea un "hit". Se puede componer una canción especial y convertirla en un súper disco. Pero hay un montón de discos buenos. ¿Cómo uno puede estar seguro de que cuando alguien prende la radio, van a oír justamcnte el disco de uno?
En 1960, hubo un caso de un famoso disc jockey neoyorquino cuya reputación y carrera "se fueron al tacho" tras una acusación de aceptar soborno y de aceptar dinero para pasar discos en su programa.
En 1972, se llevó a cabo una investigación denominada "Project Sound", la cual se encargó de determinar la veracidad de un supuesto soborno por parte de una empresa de discos de gran renombre, la cual habría "pagado" a las estaciones de radio para que pasaran sus discos. Como resultado de dichas investigaciones, en 1975 fueron procesadas diecinueve personas.
El soborno continuó acechando la industria musical. A fines de 1976, nuevamente se investigó el mercado de la música. Y, más recientemente, en 1986, otra vez demandas de soborno. Por cierto que la industria de la música no es el único medio donde cunde el soborno. Dondequiera que hay dinero y poder, hay personas dispuestas a explotar la debilidad de los otros para su propio provecho.
Pero no pienses que el soborno rige únicamente entre los inescrupulosos. Todos nosotros somos susceptibles de caer en él.
En la parashá de esta semana, la Torá prohíbe aceptar sobornos. La Torá no define el límite inferior de lo que se ha de denominar "soborno", por lo que soborno podría ser también de unos cuantos centavos.
Asimismo, ya que la Torá nos da este precepto sin ningún tipo de calificación, se desprende que no hay "techo" para quién puede ser el receptor del soborno. Por eso, hasta un alma tan elevada como la de Moshe Rabenu podría, en teoría, sufrir la influencia de un soborno.
La Torá nos enseña que hasta las personas más grandes pueden ser influenciadas por las sumas más ínfimas. Naturalmente que hay una escala en esto: un soborno pequeño puede afectar a una persona en forma mínima; un soborno más grande, la va a influenciar más. Cuanto más elevada la persona, menor es el efecto que ejercerá hasta un soborno cuantioso, y cuanto más baja la persona, mayor será el efecto de hasta un soborno mínimo.
Sin embargo, lo que surge en claro de la afirmación de la Torá, es que resulta imposible no ser afectado.
Por lo tanto, no debemos sorprendernos cuando la gente no quiere volverse religiosa: es como un escándalo de soborno.
Y ¿cuál es el soborno?
Si la Torá nos exigiera que comiéramos en los mejores restaurantes treife del mundo, muchísima más gente sería religiosa.
La barrera para llegar a la fe en D-os no es lógica, sino psicológica.
En nuestro subconsciente, sabemos que si aceptamos la Torá, "nos va a costar", por ejemplo, ya no vamos a poder ir al club en auto los sábados a la mañana.
Una vez Rabí Samson Rafael Hirsch dijo: "La creencia no es el conocimiento de que hay un D-os, sino el reconocimiento".
Si hasta el soborno más pequeño podría afectar hasta a Moshe, cuánto más nosotros, que estamos a años luz del nivel de Moshe, somos susceptibles al más grande soborno de todos: de hacer exactamente lo que queremos, cuando lo querramos. Ese es el soborno.
"Cuando salgáis a la batalla a enfrentar a vuestro enemigo... los oficiales le hablarán al pueblo, diciendo: '¿Quién es el hombre que ha construido una nueva casa y no la ha estrenado? Que vaya y regrese a su casa, para que no muera en la guerra y otro hombre la estrene. ¿Quién es el hombre que es temeroso y de corazón débil? Que vaya y regrese a su casa, para que no derrita el corazón de sus prójimos igual que su corazón" (20:1-8).
El Teatro Yidishe no se distingu[a1]ía precisamente por su defensa de los valores de Torá. Por eso, no fue una sorpresa ver llegar a dos alumnos que venían corriendo a ver al Rabino de Brisk, sin aliento por la indignación: "¿Acaso el Rav se enteró de la nueva obra que presentó el Teatro Yidishe? ¡Todos los que tienen que ver con esto deben ser puestos bajo jerem (excomunicación)! ¡Hicieron una sátira de la Torá!"
Primero, uno de los actores dice: '¿Quién es el hombre que construyó una casa nueva y no la estrenó? Que vaya y regrese a su casa, para que no muera en la guerra y otro hombre la estrene". Entonces diez personas se levantan y salen del escenario. Entonces dice: "¿Y quién es el hombre que plantó una viña y no la redimió? Que vaya y regrese a su casa, para que no muera en la guerra y otro hombre la redima". Entonces, otros diez se levantan y se van del escenario. Luego dice: "¿Y quién es el hombre que se ha comprometido con una mujer y no se ha casado con ella? Que vaya a su casa, para que no muera en la guerra y otro hombre se case con ella". Entonces, otras veinte personas se levantan y se van. Y entonces dice: "Todo el que tenga miedo, que vaya a su casa, para que no asuste a los demás". Entonces, se van todos, excepto dos actores que personifican al Gaón de Vilna y al Shaagat Arié. El Gaón de Vilna le dice al Shaagar Arié: "Kavod ha Rav, usted dispare el primer disparo", y el Shaagat Arié responde: "No, insisto: después de Ud". Y mientras discuten respecto de quién ha de iniciar la guerra, cae el telón y el auditorio se ríe y aplaude. ¡Es terrible!".
El Rabino de Brisk hizo una pausa y luego dijo: "Muy bien... ¿qué tiene de malo?"
Los dos jóvenes se quedaron boquiabiertos.
El rabino continuó: "Lo único que se olvidaron fue la última escena"
"¿Qué última escena?"
"La última escena, en la que el Gaón de Vilna y el Shaagat Arié ganan la guerra".
La fuerza del pueblo judío no reside en la grandiosidad de su ejército ni en su poderío militar. La Torá nos llama "la más pequeña de las naciones".
Nuestra fuerza depende de nuestra rectitud y nuestra fidelidad a Hashem: el "Amo de las Guerras".
"El que atacare a su prójimo sin conocimiento... huirá a una de estas ciudades (de refugio) y vivirá" (19:4,6)
Si una persona accidentalmente mataba a otra, la Torá le proporcionaba una "ciudad de refugio" adonde huir. Y allí debía permanecer hasta que falleciera el Kohen Gadol. Pero si el fugitivo salía antes de la muerte del Kohen Gadol, corr[a2]ía el riesgo de que lo matara el "vengador de la sangre" de la persona asesinada.Podía ocurrir que el Kohen Gadol fuera joven y entonces el fugitivo quedaba "encerrado" muchos años, sin poder ir a casa. Por eso tenía mucho interés en la muerte temprana del Kohen.Para evitar que rezara por la muerte prematura del Kohen, la madre del Kohen le enviaba "paquetes" en forma frecuente, para que él no rezara por la muerte de su hijo.
Pero ¿cómo un "paquete de galletitas" podía competir con sus ansias de regresar junto con los suyos? ¿Acaso la madre del Kohen Gadol realmente pensaba que un pequeño soborno gastronómico era más poderoso que el anhelo del reencuentro?
De esto aprendemos una idea de gran fuerza: Si queremos que nuestras plegarias sean respondidas, debemos rezar con toda nuestra convicción. Al rezar, no basta con 99%. O todo o nada.
Así como un paquete de galletitas es todo lo que hacía falta para vencer a los rezos del fugitivo, y asegurarle una larga y saludable vida al Kohen Gadol.
Haftará
Contenido
"Soy Yo, Yo El Que te consuela..." (51:12)
Esta es la cuarta de las Haftarás de Consolación después de Tishá Be Av.
El profeta combina descripciones de opresión, en que el pueblo judío es pisoteado por las naciones, con el consuelo de que Hashem nunca Se alejará de ellos, y ha de salvarlos.
Nuestros Sabios enseñan que en el futuro, cuando venga el Mashíaj, Hashem hará que las naciones del mundo consuelen a Israel. De inmediato Israel vendrá a quejarse de que después de tan largo y duro exilio, lleno de pruebas y tribulaciones, ¿acaso Hashem no podía hallar alguien más que viniera a consolarlos, que no fueran las mismas naciones que les causaron tales sufrimientos? De inmediato Hashem responderá que si Israel ha de aceptar consuelo únicamente de El, entonces El vendrá a consolarnos.
En efecto, todo este diálogo aparece en las frases iniciales de ésta y de las tres Haftarás de consolación anteriores.
En Parashat Vaetjanan, "Consuela, sé un consuelo, mi pueblo...", a lo que Israel responde en la Haftará de Parashat Ekev: "Hashem me ha abandonado, mi Señor me ha abandonado", al enviar a las naciones para que nos consuelen. A lo que Hashem responde en la Haftará de Parashat Ree: "O afligida, atormentada, no consolada": si no aceptas consuelo de las naciones, y aceptas consuelo únicamente de Mí, entonces "Soy Yo, Yo El Que te consuela".
"Los Miembros de la Gran Congregación enseñaron tres
cosas:
sé precavido en tu juicio,
hazte muchos discípulos
y erige un cerco alrededor de la Torá".
(AVOT 1:1)
Si bien este consejo parece estar destinado exclusivamente a los jueces, educadores y legisladores, es relevante para cada uno de nosotros. Cada uno de nosotros es un juez cuando se trata de tomar una decisión concerniente a nuestros propios asuntos y al juzgar la conducta de los otros. Todos somos educadores con la responsabilidad de guiar a nuestras familias, nuestros amigos y nuestros vecinos, con la comprensión que nosotros ya alcanzamos. Por fin, somos todos legisladores, frente al desafío de establecer cercos de disciplina que habrán de evitar que caigamos en la tentación.
Escrito y Recopilado por: Rabino Yaakov Asher
Sinclair
Editor y Responsable: Rabino Moshe Newman
Diseño de HTML: Moises Cohen
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