¡Judaismo! - Pinjas
Pinjas
Resumen de la Parashá
Hashem le ordena a Moshé que le informe a Pinjas que habrá de recibir el "pacto de la paz" de Hashem en recompensa por su acto intrépido (ejecutar a Zimri y Kozbi, la princesa midianita). Hashem le ordena a Moshé que el pueblo mantenga un estado de enemistad con los midianitas, debido a que ellos fueron los que incitaron al pueblo judío a que pecara. Moshé y Elazar reciben la orden de contar al pueblo judío. La Torá enumera los nombres de las familias de cada una de las tribus. La cantidad total de hombres aptos para servir en el ejército es de 601.730. Hashem le explica a Moshé el modo de distribuir la Tierra de Israel a los israelitas. Se registra la cantidad de familias que componen la tribu levita. Las hijas de Tzlofjad presentan un reclamo ante Moshé: en ausencia de un hermano varón, reclaman para sí la porción de su padre de la Tierra de Israel. Moshe Le pregunta a Hashem cuál debe ser el veredicto en tal caso, y Hashem le responde que el reclamo de las hijas es justo. La Torá enseña las leyes y prioridades que determinan el orden de herencia. Hashem le ordena a Moshé que suba a la montaña y contemple la Tierra a la que el pueblo judío pronto habrá de ingresar, si bien el propio Moshé no entrará a ella. Moshe Le pide a Moshé que designe al líder que lo sucederá, y Hashem elige a Yehoshua ben Nun. Moshé designa a Yehoshua como su sucesor, en presencia de toda la nación. La parashá concluye con enseñanzas especiales referidas al servicio del Beit ha Mikdash.
Comentario a la Parashá
Puede parecer irónico que la recompensa por un asesinato violento sea "un pacto de paz".
En hebreo, la palabra "shalom" no significa únicamente "paz", sino que además denota la calidad de algo completo y perfecto: la paz que no es completa y perfecta no es una paz verdadera. Y así como solamente puede haber Una Completitud y Una Perfección, también solamente puede haber una sola paz verdadera: la paz de Hashem, pues únicamente "Aquél que hace la paz en Sus alturas, El hará la paz para nosotros y para todo Israel..."
Si algo es inmoral, la pacificación no es paz, ni conduce a la paz. Por su parte, un acto de fanatismo desprovisto de intenciones puras puede ser un crimen por sí mismo. Por ese motivo, la Torá señala que Pinjas actuó "para su D-os", vale decir, que no tenía ninguna motivación en absoluto más que cumplir con la voluntad de Hashem. Unicamente cuando la intención es absolutamente pura, el fanatismo puede conducir a un "pacto de paz".
"El expresó la ira que Yo debía mostrar" (Rashi)
Cuando le pedimos a nuestro hijo de tres años que ayude a poner la mesa del Shabat, y él, con gran destreza, conduce la copa del kidush a la mesa, sentimos una najat inmensa. Por cierto que no ganamos nada con su ayuda, excepto un placer enorme. Nosotros mismos podríamos haber hecho lo que él hizo, pero la gracia está en que él cumplió con su tarea solito!
Rashi explica el significado de la expresión "él vengó mi venganza", como queriendo decir "El expresó la ira que Yo debía mostrar". Precisamente debido a que Pinjas hizo algo que, en realidad, era propio que Hashem hiciera, se hizo acreedor a tan grande recompensa.
La misma idea se aplica a la tzedaká, la caridad. Cierta vez, Turnus Rufus le preguntó a Rabí Akiva cómo podía ser que, si Hashem amaba a los pobres, ¿por qué no les daba de comer?. Rabí Akiva le respondió que los pobres nos dan más a nosotros de lo que nosotros les damos a ellos, pues al dar tzedaká, nos salvan del gehinom (purgatorio).
Lo que dijo Rabí Akiva es que, efectivamente, es tarea de Hashem alimentar a los pobres, pero El nos deja que nosotros les demos de comer en vez de El. Y al hacer "el trabajo de Hashem", obtenemos una recompensa muchísimo mayor. Igual que el nenito que pone la mesa del Shabat. Por supuesto que Hashem puede darles de comer a los pobres, pero El nos deja que nosotros hagamos ese trabajo, a pesar de que, a decir verdad, no Lo estemos "ayudando" en absoluto.
Cuando Zimri, príncipe de la tribu de Shimon, cometió un acto de terrible indecencia con Cozbi, princesa de Moab, todos, incluyendo a Moshé, se quedaron paralizados ante lo ocurrido. Todos, excepto Pinjas. Pinjas no vaciló en vengar el honor de Hashem, ejecutando a ambos transgresores.
El Midrash dice que "como Moshé vaciló, nadie sabe dónde está enterrado".
¿Qué relación puede haber entre ambas cosas? ¿A qué se debe que la vacilación de Moshé haya causado que no se conozca el lugar de su entierro? La razón es la siguiente: los escépticos afirman que Moshé no pudo haber sido tan grande como lo describe la Torá. Pues si hubiera sido así de grande, si realmente hubiera subido al Cielo y hubiera hablado cara a cara con la Presencia Divina, debería haberse hecho acreedor a la vida eterna. En vez de morir una muerte humana, como todas las demás personas, debería haber subido vivo al Cielo, igual que Janoj y Eliahu. Por lo tanto, dicen los escépticos, la Torá de Moshé no es más que una alabanza de sí mismo...
Sin embargo, semejante afirmación es ridícula. Porque si Moshé hubiera querido inventarse un final ficticio, podría haber escrito algo así como "Y Moshé ascendió vivo al Cielo en una Carroza de fuego". Ese sí que hubiera sido un final glorioso!
Pero... ¿qué dice la Torá? "Y Moshé murió..."
¿Acaso puede haber una prueba más fuerte de la verdad de la Torá que esa frase tan simple "Y Moshé murió"? Para Moshé hubiera sido muy fácil inventarse un fin supernatural digno de la más grande estrella de Hollywood...
De todos modos, la fuerza de esta prueba depende de otro factor más: nadie conoce el lugar donde está enterrado Moshé. Porque si alguien lo conociera, Moshé no podría haber afirmado que ascendió al Cielo vivo: todo el mundo podría ir a visitar su tumba!
Ahora podemos entender lo que dice el Midrash: "como Moshé vaciló, nadie sabe dónde está enterrado". Si Moshé hubiera ejecutado a Zimri, habría "vengado la venganza de Hashem", y, necesariamente, habría recibido la recompensa que recibió Pinjas: una vida eterna sin muerte.
Pero si Moshé hubiera vivido eternamente, jamás habría podido hacer dudar a los escépticos, demostrando la verdad de la Torá, con esa frase tan escueta: "Y Moshé murió..."
Haftará
Yirmiyahu 1:1 - 2:3
"Así dice Hashem: Me acuerdo en tu favor de la bondad de tu juventud, el amor de tus días nupciales, de cuando fuiste tras de Mí en una tierra no sembrada. Israel es sagrada para Hashem, el primero de Sus granos. Todo el que lo devora cargará con su culpa, el mal caerá sobre ellos": la palabra de Hashem". (2:2-3)
Había una vez un muchacho muy sensible, que pasaba todos sus días recluido en el estudio y refinando su carácter. Cuando todavía era muy joven, fue capturado por unos bandidos que lo forzaron a vivir entre ellos. Al principio, sintió repulsión ante sus actos, y se aferró a su conducta original. Sin embargo, las semanas se hicieron años, y no llegaba ninguna señal de rescate, y el muchacho, a paso lento pero seguro, comenzó a decaer al nivel de sus captores, y, finalmente, no fue posible distinguirlo de ellos.
Cuando el pueblo judío sea redimido finalmente de su largo exilio, las naciones que los han perseguido deberán dar cuenta, no sólo de sus propias transgresiones hacia Israel, sino también de las transgresiones de Israel, porque de no haber sido por los pueblos con los que se asociaron los judíos a lo largo del exilio, todavía se mantendrían en el mismo nivel espiritual que tenían cuando estaban en el desierto.
Ese es el significado de los versículos "Me acuerdo en tu favor de la bondad de tu juventud, el amor de tus días nupciales, de cuando fuiste tras de Mí en una tierra no sembrada". Hashem dice: recuerdo cuando fueron tras de Mí en el desierto, antes de que fueran exiliados entre las naciones. En su raíz, son un pueblo santo, y si pecaron, se debió a la atmósfera en la que se encontraron durante la larga noche del exilio.
Las tres Haftarot que se leen en las Tres Semanas (entre el 17 de Tamuz y el 9 de Av) se denominan "tres de aflicción". En ellas, se detallan las terribles consecuencias que aguardan a Israel si no vuelven con Hashem. No obstante, cada una de esas tres haftarás termina con una nota optimista, expresando la confianza de que Hashem no se olvida de Su pueblo, ni siquiera en el exilio más oscuro y más profundo.
Comentarios sobre las Canciones que cantamos en la mesa de Shabat a través de las generaciones.
Ma Yedidut
"Cuan Amada..."
"Heredaremos La Propiedad De Yaakov, Una Propiedad Sin Límites..."
Quien honra el Shabat en la forma debida, dice Rabí Yojanan en nombre de Rabí Yosi (Shabat 118) recibirá una propiedad sin límites, como la que Hashem le prometió a Yaakov Avinu. Dice Rabí Yehuda en nombre del sabio Rav, que su recompensa será el cumplimiento de todos sus deseos.
A primera vista, esas dos recompensas tienen la apariencia de ser diferentes. Pero, en realidad, se complementan mutuamente. El Talmud dice que la persona que tiene cien dólares quiere doscientos. El cumplimiento de un deseo solamente da surgimiento a otro deseo nuevo. Para que aquél que cumple con el Shabat sea recompensado con el cumplimiento de todos sus deseos, debe recibir una propiedad sin ningún tipo de límites.
Escrito y Recopilado por: Rabino Yaakov Asher Sinclair
Editor y Responsable: Rabino Moshe Newman
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