Vaigash
11 de Tevet
5761; 6 de Enero 2001
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Resumen
de la Parashá
Con el descubrimiento de la copa en el saco
de Binyamin, los hermanos quedan muy confusos. Solo Yehuda le pide a Yosef con
todo su valor y elocuencia que deje a Binyamin en libertad, ofreciéndose a si
mismo en su lugar. Frente a tal ejemplo de sacrificio propio para el bien de
otro, Yosef ve que sus hermanos no estan actuando de la misma manera que cuando
le tiraron al pozo, sino que ahora son diferentes. Yosef se descubre y les dice
que es su hermano. Los hermanos se avergüenzan frente a Yosef, pero el les dice
que no se preocupen que todo ha sido planeado por D-os. Yosef les manda de
vuelta a casa de su padre, con instrucciones de que lo traigan, y se muden a la
tierra de Goshen. Al oir las noticias Yaakov no puede creerlas, pero hay
pruebas de que efectivamente es verdad que su hijo Yosef existe, y su espíritu
se reconforta.
Yaakov y toda su familia se mudan a Goshen.
Hashem se comunica con Yaakov a través de una visión nocturna, le dice que no
tema las consecuencias de vivir en Egipto ni su influencia espiritual negativa,
porque va a ser allí donde D-os le va a convertir en una gran Nación, a pesar
de estar viviendo en medio de un pueblo corrupto e inmoral. La Torah nos da una
lista de los descendientes de Yaakov y nos insinúa el nacimiento de Yojeved,
que será la madre de Moshé Rabeinu. 70 almas en total descienden a Egipto
cuando Yosef se reúne con su padre después de 22 años de separación. Padre e
hijo se abrazan y Yosef llora de felicidad. Yosef establece a su padre y
familia en Goshen. Yosef presenta a su padre y a cinco de sus hermanos a Faró,
y Yaakov le bendice. Yosef decreta que a cambio de grano el pueblo egipcio debe
dar todas sus posesiones a Faró, incluyéndose a ellos mismos, como esclavos.
Yosef redistribuye la población, con excepción de los sacerdotes Egipcios a los
que Faró mantiene. Los
descendientes de Yaakov-Yisrael se multiplican enormemente.
Comentario
a la Parashá
“Y
Yehuda se le acercó” (44:18)
Había una vez un vagabundo
parado junto a un semáforo. De pronto, una enorme limosina Rolls Royce se
detiene junto a él, y se abre una de las ventanas oscuras del asiento trasero.
Desde adentro del coche surge una mano cubierta con un guante blanco de seda.
La mano sostiene un crujiente billete de 50 dólares y le hace señas al
vagabundo. Como en una comedia muda de Charlie Chaplin, el vagabundo mira hacia
atrás, convencido de que la mano le está haciendo señas a otra persona. Pero
entonces se da cuenta de que los 50 dólares son para él. No puede creer la
suerte que tiene. El vagabundo, con una sonrisa de oreja a oreja, se acerca al
auto y toma el dinero. Entonces el Rolls Royce arranca y desaparece en el
tránsito, tan misteriosa y silenciosamente como llegó. El vagabundo se queda
allí parado mirándolo un largo rato.
Al día siguiente, el Rolls
Royce nuevamente se detiene junto a él. Esta vez, el vagabundo no está tan
sorprendido, pero igual de agradecido. Pleno de dicha, nuevamente toma el
dinero.
Al día siguiente ocurre lo
mismo, y al otro día, y al otro...
Al cabo de un mes, el Rolls
Royce frena en el semáforo, pero la ventana no se baja. Tras unos cuantos
segundos, el vagabundo golpea el vidrio, mas no hay respuesta. Entonces golpea
más y más fuerte, pero en vano. Cuando el auto arranca, el vagabundo grita:
“¡Eh! ¡¿Dónde están mis cincuenta dólares?! ¡Dénme mis cincuenta dólares!”
La gratitud está en
proporción al grado en el que comprendemos que recibimos algo que no nos
merecíamos. Si pensamos que nos merecemos algo, ¿por qué habríamos de dar las
gracias?
“Y Yehuda se le acercó”.
El término judío (en hebreo:
yehudí) proviene del nombre Yehuda. Y no nos llamamos judíos por
casualidad. En hebreo, el nombre define la esencia misma del sujeto. Si el
nombre Yehuda significa agradecer, entonces ésa debe ser la esencia de ser
judío. Nosotros somos los “agradecidos”. En hebreo, “agradecer” se dice lehodot. Sin embargo, esta palabra tiene
otro significado más. También significa “admitir”. ¿Qué conexión hay entre
agradecer y admitir?
En la medida en que
admitamos que recibimos algo que no nos merecíamos, en esa misma medida
habremos de agradecer.
Nosotros somos judíos ya que
Le agradecemos a D-os por lo todo lo que tenemos, por más grande o pequeño que
sea. El judío siempre admite que todo proviene de D-os. Así es como Yehuda, el Pueblo Judío, puede acercarse, acercarse a
D-os.
“Y Yehuda se Le acercó”.
La tarea que debe cumplir el
Pueblo Judío en este mundo es ser, en forma literal, los “testigos de D-os”
(Por favor, no confundir con la Marca X que también afirma cumplir con la misma
tarea). Nosotros debemos atestiguar, a través del modo en que vivimos, y, de
ser necesario, con nuestra propia vida, que hay un D-os en el mundo. Tal como
aparece en los textos proféticos: “Ustedes son Mis testigos”.
Entonces, si nuestro trabajo
consiste en ser Testigos, ¿por qué nos llaman los Agradecidos, o los
Admitidores?
El cimiento de toda creencia
en D-os consiste en admitir que la vida es un enorme regalo del Cielo. Si la
persona no siente que le dieron algo, nunca va a buscar a D-os, nunca va a
mirar más allá de su propia nariz. Pero si uno se sensibiliza para sentir el
regalo, también se sensibiliza para sentir a Aquél que se lo dio. El ateísmo no
es la raíz de la ingratitud. La ingratitud es la raíz del ateísmo.
Sfat Emet, Isaías 43:10
Nos escribe Biniamin Altman:
Estimado Rabino:
¡Hola!
Más de una persona me dijo que existe cierta minhag (costumbre) por la cual la gente no come los
extremos del pan. Dicen que eso causa olvido. Pero no encontré ninguna fuente
que explique dicha costumbre, y cuando le pregunté a mi tío, me mostró una nota
al pie en un sefer que citaba que
un famoso rabino había dicho que siempre se había conducido de esa manera (no
comer los bordes), pero que no existe una fuente clara. Entonces ¿hay que
evitar comer los bordes del pan?
Estimado Biniamin:
El Talmud enumera diez
cosas que resultan perjudiciales para la comprension de la Torá. Una de ellas
es comer pan que no ha sido horneado lo suficiente. Esto puede entenderse del
siguiente modo:
La persona que se apresura a
comer el pan antes de que esté lo suficientemente horneado se aproximará al
estudio de la Torá con la misma impaciencia. Se apresurará a acabar cada tema
sin tomarse el tiempo de aclarar todos los detalles y todas las razones. El
resultado será un entendimiento insuficiente, “a medio hacer”, del tema.
Al parecer, la costumbre de
evitar los bordes del pan se inició en los días en que muchos eran demasiado
pobres como para comprar su propio horno, y la gente llevaba las masas a
hornearlas en el horno comunitario. A fin de conservar espacio, colocaban las
masas una al lado de la otra, y muchas veces los panes se pegaban los unos a
los otros. Como resultado, el borde no quedaba bien horneado y por lo tanto, no
se comía.
Hoy en día, las panaderías suelen
hacer los panes de la misma manera, y si te fijas, podrás ver en qué lugar los
panes fueron separados. Algunas panaderías colocan las masas una al lado de la
otra y éstas se pegan en los costados. En ese caso, ese lado no debería
comerse. En realidad, tanto los extremos como los costados están casi siempre
horneados en grado suficiente, y no hay necesidad de objetar si alguien los come.
Recuerdo que, de niño, el extremo del pan era la parte más preciada, por ser la
más crocante...
Fuentes:
-Talmud
Tratado Horiot 13b
Uri Marcus nos escribe:
¿Hay
algún año en particular en el que deberíamos aguardar al Mashíaj o la Era
Mesiánica? Escuché que debería ser cerca del año 6000 (a partir de la
Creación), pero, en ese caso, nos faltan alrededor de 240 años... ¿Para qué
todos los rumores con relación al Mashíaj, si todavía faltan dos siglos antes
de que venga?
Estimado Uri:
El Mashíaj es un rey que desciende de David y que restaurará el
régimen davídico. Entre otras cosas, reunirá
al Pueblo Judío, les enseñará a todos los judíos a que sigan los caminos de la
Torá, y construirá el Beit HaMikdash (Templo Sagrado).
En cuanto al día de su arribo, se trata de un secreto desde tiempos inmemoriales. Jacob lo sabía proféticamente, pero cuando trató de revelárselos a sus doce hijos, misteriosamente no logró hacerlo. Daniel lo sabía, y lo codificó en el Libro de Daniel únicamente para los más sabios.
Una vez alguien le preguntó a
Rabí Velvel Soloveitchik, el Rav de Brisk, lo siguiente:
“En los rezos diarios decimos
‘Creo con absoluta convicción en la venida del Mashíaj;
y aunque se demore, no obstante, aguardo cada día su arribo’. Eso significa que
el Mashíaj puede llegar cualquier
día. Pero según el Midrash, tres días antes el Profeta Eliahu anunciará el
arribo del Mashíaj. Entonces,
¿cómo podemos aguardar al Mashíaj
cada día? ¿Acaso no está el prerrequisito de que llegue Eliahu HaNaví tres días
antes?”
El Rav de Brisk le respondió:
“Cuando llegue el Mashíaj, él
responderá ese interrogante”. En cuanto al año 6000, se trata simplemente de un
límite superior, vale decir, que para el año 6000 él ya se encontrará aquí.
Pero eso no significa que no pueda ocurrir antes.
Según el Rambam, en estos asuntos
nadie sabe con exactitud lo que ha de ocurrir, hasta que ocurra. El Rambam
advierte que no nos debemos preocupar con los Midrashim referidos al Mashíaj, ya que, al fin y al cabo, esto no
agrega nada al amor y la reverencia que se deben sentir ante Hashem.
Fuentes:
-Rambam
Hiljot Melajim 11:1, 4 12:2
???¿ALGUNA PREGUNTA?
Si tiene alguna inquietud sobre leyes o costumbres de su judaísmo, o
quiere aclarar aulguna duda, puede enviarnos su pregunta a spanish@ohr.edu y procuraremos
contestarle lo más pronto posible. Nos reservamos el derecho de publicar las
preguntas y respuestas. No todas las respuestas dadas serán publicadas en
"Judaísmo", pero todas serán respondidas, B´H.
Yejezkel 37:15 - 28
Imagínense una ramita. Si se
aplica suficiente fuerza de ambos lados, la ramita terminará partiéndose en
dos.
Tras la muerte del Rey
Salomón, Israel se dividió en dos reinos: el de Yehudá y Biniamín, y el de las
otras diez tribus, cuyo rey era de Efraim. Y como cada reino tiraba en su
propia dirección, se alejaron más y más.
D-os le dice al profeta
Yejezkhel que tome dos pedazos de madera. En uno deberá escribir: “Para Yehuda
y los Hijos de Israel sus asociados”, y en el otro, “Para Yosef, el tallo de
Efraim, y la Casa de Israel sus asociados”. Luego deberá sostener ambas varas
en la mano, y D-os las fundirá en una sola. El profeta les dirá a los Hijos de
Israel que, finalmente, D-os nos reunirá de entre las naciones y nos traerá de
regreso a Israel. Allí nos transformaremos en una nación, con un solo rey y un
solo D-os.
Cuando toda la nación aspira
al exaltado objetivo de cumplir con la voluntad de D-os, los deseos
individuales de cada uno quedan a un costado. Las palabras shalom (paz) y shalem (íntegro) provienen de una misma raíz, indicando que
la paz es posible únicamente cuando todos los componentes se unen en un ente
cohesivo. Cuando existe un solo objetivo, servir a D-os con una misma Torá,
entonces Israel se transforma en una nación unificada.
Selecciones de fuentes clásicas
en las que se expresa SHILO Sitial del Mishkán (Santuario) durante 369 años
(1258-889 a.e.c.), este lugar aparece en la Torá (Devarim 12:9) bajo el
término “menujá” (lugar de
descanso), antecesor de la “najalá”
(heredad) que se alcanzaría con la construcción del Beit HaMikdash en
Jerusalén. Tras los 14 años de la conquista de la tierra y la división entre
las tribus, el Mishkán fue transferido de Guilgal, adonde había sido
establecido en forma temporaria tras el ingreso del pueblo a la tierra. Este fue un punto culminante en
la historia del Mishkán, pues aquí las tablas que servían de paredes del
Mishkán durante la travesía en el desierto fueron reemplazadas por una
estructura de piedra cubierta de pieles, una especie de amalgama entre el
pasado y el futuro. El Kohen Gadol, Elí, se
encontraba en Shiló cuando llegó la noticia de que los filisteos habían
derrotado al ejército israelita, matando a sus hijos y capturando el Arca
Sagrada (I Shmuel 4:12-17). Su muerte, como resultado de semejante conmoción,
se vio seguida de la destrucción del Santuario de Shiló y la transferencia
del Mishkán a la ciudad de Nov. Hoy en día hay un pequeño asentamiento judío y una Hesder Yeshivá en el
sitio judeo que porta el nombre de aquel lugar histórico. |
Escrito y Recopilado por: Rabino Yaakov
Asher Sinclair
Editor y Responsable: Rabino Moshe Newman
Diseño de HTML: Moises Cohen
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