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BeSiata Dishmaya

¡Judaismo!

Beshalaj

15 de Shvat 5760; 22 de Enero 2000


Contenido:

·  Resumen de la Parashá

·  Comentario a la Parashá

·  Nueva Sección: Preguntas al Rabino

·  Haftará

·  El Amor por La Tierra

·  Información sobre la suscripción

·  Or Sameaj en el Web

Esta publicación también esta disponible en los siguientes formatos: [Text][Word][PDF]Explicación de estos símbolos


Resumen de la Parashá

Contenido

Paró finalmente envía a Bnei Israel fuera de Egipto. Hashem dirige al Pueblo Judío  hacia Eretz Israel con columnas de nubes y fuego en una ruta circundante que evita a los plishtim (filisteos). Paró lamenta la pérdida de tantos esclavos y persigue a los judíos con su ejército. Los Bnei Israel se asustan mucho al ver a los egipcios aproximarse, pero Hashem los protege. Moshé levanta su bastón y Hashem parte el mar permitiendo que Bnei Israel lo cruce sin peligro. Paró, con el corazón endurecido por Hashem, ordena a su ejército perseguir a Bnei Israel, y al hacerlo las aguas caen sobre la armada egipcia. Moshé y Miriam dirigen a hombres y mujeres, respectivamente, en un canto de agradecimiento a Hashem. Luego de viajar tres días sólo para encontrar aguas amargas en Marah, el pueblo empieza a quejarse. Moshé produce milagrosamente aguas potables de las amargas, y ahí en Marah reciben ciertas mitzvot. El pueblo se queja ante Moshé y Aarón que tenían mejor comida en Egipto. Hashem envía perdices de modo que tengan carne y les provee de maná. Es un pan milagroso que cae del cielo cada día excepto sábado. Sin embargo, el viernes una doble porción desciende para abastecer las necesidades de Shabbat. Nadie puede obtener más que su porción diaria, pero el maná que se colectó el viernes basta para dos días de modo que los judíos puedan descansar en Shabbat. Una porción de maná se separa como recordatorio para futuras generaciones. Luego de que los judíos se quejan  otra vez por la falta de agua, Moshé milagrosamente produce agua de una roca. Entonces Amalek ataca a los judíos. Yoshua dirige la batalla mientras Moshé reza por su bienestar.




Comentario a la Parashá

Contenido

TAPIZ DIVINO

“Entonces Moshé y los Hijos de Israel eligieron cantar esta canción a Hashem” (15:1)

Recuerdo, en mi temprana infancia, a mi madre, bordando un tapiz de un cuadro famoso. Le llevó un montón de tiempo. Un día, poco antes de acabarlo, me acuerdo que lo levanté y pensé: “Ay, mamá, perdóname; podrás ser la mejor madre del mundo, pero en lo que a bordar se refiere... ¡Qué horrible! Por aquí un hilo rojo suelto, por allá un hilo turquesa que no conduce a ningún lado...”. En una palabra, un caos.

De pronto, mis dedos palparon una tersa suavidad del otro lado del tapiz. Lo di vuelta y vi una escena de deslumbrante belleza. La copia perfecta del cuadro. Las puntadas eran perfectas. Los colores combinaban con exquisita armon ía. ¡Un tapiz divino! Todos los hilos sueltos que había visto del otro lado del tapiz se entrelazaban en un todo bello y armonioso.

A veces resulta difícil encontrarle sentido a lo que pasa en el mundo. Uno oye de gente que sufre, de maldad, y se pregunta cómo esto puede ser la obra del D-os Compasivo.

Pero no sientas que estás solo si piensas así. Estás en excelente compañía. Porque uno de los hombres más grandes que jamás vivieron sintió exactamente lo mismo que tú. Moshé, nuestro más grande maestro, se cuestionaba acerca del modo en que D-os dirige los acontecimentos. En la Parashat Shemot, Moshé fue al Faraón a pedirle que dejara salir al Pueblo Judío. Tal como recordarán, el Faraón no era la persona más fácil con quien negociar. En respuesta al pedido de Moshé, el Faraón les dijo a los supervisores que les dejaran de dar paja a los judíos. Sin embargo, los judíos debían continuar produciendo la misma cantidad de ladrillos que antes. No habrá de sorprendernos que los judíos se quejaran amargamente ante Moshé. Entonces Moshé fue nuevamente a hablar con Hashem y le dijo: “¿Por qué le hiciste mal a este pueblo... Desde el momento en que vine al Faraón para hablar en Tu Nombre, él le hizo daño a este pueblo, pero Tú no los rescataste”.

Moshé no se estaba simplemente quejando de los problemas que tenía ahora con el Faraón, sino que decía “desde el momento...”: desde el comienzo mismo todo el plan de sacar a los judíos de Egipto estaba destinado al fracaso. Moshé no percibía ningún orden en todo lo que estaba sucediendo.

Cuando uno mira al rico tapiz de la vida desde el lado incorrecto, lo único que ve es un enjambre de hilos sin ton ni son. Moshé no percibió la obra Divina del Creador, pues miraba los hechos desde una perspectiva incorrecta. Sin embargo, esa misma palabra que pronunció Moshé al quejarse ante D-os, la repitió al alabar a D-os cuando pudo percibir la perfección del Plan Divino. El Midrash dice que así como Moshé se equivocó con la expresión “me az”, desde el momento, con esa misma palabra, az, Moshé corregió su error.

Después de que el Pueblo Judío salió de la división del mar, vio al poderoso ejército egipcio desparramado por la costa como soldaditos de juguete rotos. Fue entonces que todos y cada uno de los judíos, desde los más grandes hasta los más humildes, alcanzaron un nivel de entendimiento de las obras del mundo que nunca volvió a repetirse.

Esa percepción inspiró a Moshé y a los Hijos de Israel a cantar. En el pensamiento judío, la canción representa la capacidad de armonizar todos los eventos dispares del mundo recanalizándolos en Uno: Hashem Ejad.

“Entonces, az, Moshé y los Hijos de Israel cantaron una canción”. Esa canción forma parte de nuestro rezo diario. Tal vez una de las razones por las que las repetimos a diario es para recordarnos a nosotros mismos de que cuando la vida parece ser un intento frustrado de arte moderno, debemos saber que hay un Artista tejiendo el tapiz. Y ni un solo hilo está fuera de lugar.

Rabí Moshe Zauderer


CRECE UN ARBOL EN ISRAEL

“Creo que nunca podré ver

un poema bello como un árbol,

los poemas los hacen tontos como yo,

pero sólo D-os puede hacer un árbol”

Joyce Kilmer, “Arboles” (traducción libre).

El poeta percibe la mano de Hashem en el árbol. Pero ¿por qué específicamente un árbol? ¿Por qué no una piedra, o un río, o una cebra?

“Cuando sitiéis una ciudad durante muchos días para librar guerra contra ella, para tomarla, no destruyáis sus árboles... porque de él comeréis... ¿acaso es el árbol del campo un hombre para que entre en el sitio ante vosotros? (Deuteronomio 20:19).

El versículo afirma en forma explícita que está prohibido cortar un árbol frutal, y lo mismo afirma Maimónides, así como todas las otras autoridades halájicas. Lo que resulta curioso en el versículo es la comparación del árbol con el hombre; ¿qué tiene que ver el hombre con la prohibición de cortar los árboles frutales?

El hombre es como un árbol en el sentido de que sus buenos actos son su producto, sus “frutos”, y sus brazos y sus piernas son las “ramas” que cargan esos frutos. Sin embargo, el hombre es un “árbol patas para arriba”, pues la cabeza se encuentra arraigada en el cielo, en el suelo espiritual de lo Eterno, y se nutre a través de su conexión con el Creador (Midrash Shmuel sobre Pirkei Avot 3:24).

La primera  mishná en “Rosh Hashaná” enseña que Tu BiShvat, el 15 del mes de Shvat, es el Rosh Hashaná, el Año Nuevo, de los árboles (según la escuela de Hilel). ¿Para qué los árboles necesitan un Rosh Hashaná? Nuestros Sabios nos enseñan que aunque por afuera los árboles parecen muertos como en invierno, por adentro empieza a surgir la savia (en hebreo, “savia” se dice “saraf”, como un fuego que busca elevarse cada vez más alto, en busca de su Creador).

Se aproxima la primavera, comienza el renacimiento de los árboles. Y nos enseñan que así como ocurre con los árboles, lo mismo ocurre con el hombre. Pues el hombre es un “árbol del campo”, y en él también se produce ese mismo “renacimiento”. Al parecer, el poeta insconscientemente apela a la metáfora del árbol, en vez de la piedra o la cebra, pues la “mano de D-os” se ve más claramente en el árbol, que es la metáfora de la obra de D-os: el ser humano.

Rabí Pinjas Kantrowitz


Nueva Sección:

??? Preguntas al Rabino ???

Yosh de Maryland nos escribe:
Estimado Rabino:

¿Un ciego que quiere ir a la Sinagoga a rezar, puede llevar  un perro vidente?

 

Norm de Newark escribe:

Estimado Rabino:

Tengo un par de preguntas que necesito aclarar con respecto al tratamiento de mascotas desde el punto de vista judío.

En primer lugar, me dijeron que hay ciertas cosas que pueden o que no pueden hacerse en Shabat con la mascota. ¿Me podría aclarar si las mascotas pueden sacarse a pasear, manipularse... etc? ¿Podría por favor indicarme material de lectura sobre el tema?

En la misma línea, según entiendo, está permitido darle de comer a una mascota comida no kosher. Pero ¿qué pasa con Pesaj? La comida que se les da a las mascotas no suele ser apta para el consumo humano, pero de todos modos es técnicamente jametz. ¿Se le ocurre alguna solución?


Estimados
Yosh y Norm:

El Talmud Yerushalmi (tratado Meguilá) cita a Rav Imi diciéndole a su asistente que si un erudito llegara a tener que dormir en una sinagoga, debería permitirle que entrara también su burro y sus demás pertenencias.

Esta opinión está codificada en el Ran en Tratado Meguilá.

Rabí Moshe Feinstein, en su Responsa, escribe, con referencia a un perro vidente:

“Ciertamente un perro no es peor que un burro, y no hay circunstancias extenuantes más grandes que éstas, porque si no le  permitimos (entrar al perro), nunca va a poder rezar con un minián ni oír la lectura de la Torá... pero sería mejor si se sentara junto a la puerta para no ocasionar confusión para la congregación”.

Debido a una cuestión técnica en cuanto a las diferencias de la intención presumida al construir una sinagoga en Israel y una en Jutz LaAretz, Rabí Feinstein escribió una decisión únicamente  para las sinagogas de Jutz la Aretz, si bien también ofreció un argumento que permitiría llevar un perro vidente a la sinagoga también en Israel.

Norm: tienes razón en cuanto a las mascotas en Shabat. Técnicamente, las mascotas son consideradas muktze. “Muktze” es una categoría de ley rabínica que prohíbe manipular objetos en Shabat por una variedad de razones. El principal interés que impulsó a los Sabios a considerar “muktze” a un objeto es que si no se tiene cuidado al tocar o utilizar un objeto, se puede llegar a transgreder un precepto bíblico. ¿Cuáles son los preceptos bíblicos que tienen relevancia en este caso? La Torá afirma:

“El séptimo día es un Shabat para el Señor tu D-os, no harás ningún trabajo creativo, tú, tu hijo e hija, tu sirviente y sirvienta, tus animales, y el extranjero que está en tu medio”.

Esto significa que el animal no puede transgredir una de las leyes del Shabat, igual que el ser humano. Obviamente, los animales no tienen la obligación de monitorear su cumplimiento del Shabat, pero sus dueños sí tienen la obligación.

Por ejemplo, el dueño del animal no debe permitir que su animal transporte algún objeto en un área pública. El animal puede caminar en una zona pública con ropa protectora o una correa, que tiene un propósito de protección, igual que una persona puede caminar por la calle llevando ropa puesta. Sin embargo, lo que constituye una carga extra (como por ejemplo, la tarjeta de identificación de un perro) está prohibido.

Otro tema de preocupación es la comida de las mascotas. El judío tiene prohibido obtener cualquier tipo de beneficio de una mezcla de leche y carne a lo largo del año, o de jametz, en Pésaj. La comida de la mascota no tiene necesidad de llevar un certificado de kashrut, pero tampoco puede contener dichos ingredientes.

Y ya que hablamos de animales, y comida de animales, se  me ocurrió mencionar el burro de Rabí Pinjas ben Yair. Según cuenta el Talmud, este burro jamás comió cereales de los que no se hubiera separado el diezmo. Este animal sentía que la comida no era apta y la rechazaba de motu propio, inclusive sin que se le dijera que estaba prohibida. El Talmud de Jerusalén dice que esto es una indicación de una persona justa: que no solamente él mismo no ha de comer en forma accidental algo prohibido, sino ni siquiera su animal.

“Rabí Zeira dijo en nombre de Rava bar Zimna: si los primeros Sabios eran hijos de ángeles, entonces nosotros somos hijos de hombres; pero si los primeros Sabios eran hijos de hombres, entonces nosotros somos burros, y no como los burros de Rabí Janina ben Dosa y Rabí Pinjas ben Iair, sino como todos los demás burros...”

 

Fuentes:

*         Talmud Jerusalén, tratado Meguilá, cap. Bnei Hair, H.Gimel

*         Rabí Moshe Feinstein, Iguerot Moshé, Oraj Jaim 1:45

*         La Torá, parashat Ytró, cap. 20 vers. 10

*         Rabí Y. Neuwirth, Shemirat Shabat Kehiljatá, cap. 27

*         Talmud, tratado Julín, pág. 7b

*         Talmud Jerusalén, tratado Julín, cap. 5, H. Alef

*         Talmud tratado Shabat, pág. 112b.


???¿ALGUNA PREGUNTA?
Si tiene alguna inquietud sobre leyes o costumbres de su judaísmo, o quiere aclarar aulguna duda, puede enviarnos su pregunta a
spanish@ohr.edu y procuraremos contestarle lo más pronto posible. Nos reservamos el derecho de publicar las preguntas y respuestas. No todas las respuestas dadas serán publicadas en "Judaísmo", pero todas serán respondidas, B´H.


Haftará

Shoftim 4:4 – 5:31

Contenido

LA ULTIMA CANCION

“Aquel día, Devora y Barak hijo de Avinoam cantaron, diciendo...” (5:1)

Así como el tema de la parashá de esta semana es la Canción del Mar, el tema de la Haftará es la Canción de la profetisa Devora.

Existen solamente diez Canciones en la historia. Es verdad que ha habido miles y hasta millones de canciones. Pero únicamente diez Canciones con “C” mayúscula. Unicamente diez Shirot. En la Biblia, la palabra “shirá” señala un hito en la historia. La Shirá siempre llega con la finalización de un ciclo. La primera canción de la historia fue la canción que cantó Adam una vez que se completó la Creación: Mizmor Shir LeYom HaShabat que, hasta el día de hoy, forma parte de nuestros rezos del viernes a la noche.

La segunda canción es la de la parashá de esta semana: “Entonces Moshé y los Hijos de Israel eligieron cantar esta canción a Hashem”. La shirá shel yam llega tras la finalización de la esclavitud en Egipto. Shirá significa la gran alegr ía de la finalización.

La tercera canción se encuentra en el libro de Badmidbar 21:17, la shirat habeer: “Sube, oh pozo...”. La cuarta canción es la de Parashat Haazinu. La quinta es shirat ha guivón en el Libro de Yehoshúa. La sexta es la canción de Devora, el tema de nuestra Haftará. La séptima es la canción de Jana; la octava es la canción de David; la novena es el Cantar de los Cantares de Shlomó HaMelej y la décima es la canción que aún está por cantarse: la canción que se cantará en la época del Mashíaj, tal como dice en el libro de Yeshaiahu: “Ese día será cantada esta canción en la tierra de Yehuda...” (26:1)

En esta décima canción hay una curiosa anomal ía. Las otras canciones se llaman shirá, en femenino. Esta última canción, la canción del Mashíaj, se llama shir, en masculino. ¿Por qué?

Imagínense un marciano con un telescopio de increíble poder mirando hacia la tierra. De pronto advierte una escena trágica: una mujer en el hospital rodeada de un médico y enfermeras. La mujer parece estar a punto de morir del dolor. “¿Qué puede ser esta escena tan terrible?”, piensa el marciano. Entonces llega otro marciano más letrado, experto en Tierralogía, que al ver el monitor dice: “Ah, lo que estás viendo es cómo nacen las crías de los terrestres. Nunca pude entender cómo existe la Raza Humana. Uno pensaría que después de la primera generación nadie querría volver a pasar por esa tortura”.

Hasta los partos más fáciles no son tan fáciles. “Con dolor darás a luz a tus hijos” (Bereshit 3:16). Sin embargo, una vez que llega al mundo una nueva vida, es el momento de más intensa alegría. Se completó algo. Hay motivo para cantar.

Shirá representa ese momento de intensa alegría. Sin embargo, así como el nacimiento suele ser seguido por el dolor de otro embarazo, también después de la alegría de cada shirá sigue una forma de exilio: se esfuma el momento de trascendencia y se produce un declive espiritual y un alejamiento de D-os.

Con una sola excepción: un día habrá una canción cuya dicha será completa, pues no habrá de ser seguida de otro descenso al exilio. Cuando llegue el Mashíaj, cantaremos una nueva canción. Una canción que no deja gusto a melancolía. La única canción que se llama shir, en masculino. Porque como un nacimento final, completará el ciclo de dolor y de exilio.

 Rabí Reuven Lauffer


Love of the Land

Selecciones de fuentes clásicas en las que se expresa
la singular relación que existe entre el Pueblo Judío y Eretz Israel.

TZIPORI

El establecimiento moderno de Tzipori sirve de recordatorio de la antigua ciudad del mismo nombre, que fue la ciudad más grande y más importante de la Galilea durante los primeros cuatro siglos de la Era Común.

“¿Por qué se llama Tzipori?” preguntan nuestros Sabios en el Talmud, al reflexionar acerca de la relación existente entre este nombre y la palabra hebrea “tzipor” (pájaro). Y la explicación es que “porque se posaba en la cima de la montaña como un pájaro”.


Escrito y Recopilado por: Rabino Yaakov Asher Sinclair
Editor y Responsable:
Rabino Moshe Newman
Diseño de HTML:
Moises Cohen


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