Ohr Somayach

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BeSiata Dishmaya

¡Judaismo!

Nitzavim-Vayelej

23 de Elul 5760; 23 de Septiembre 2000


Contenido:

·  Resumen de la Parashá

·  Comentario a la Parashá

·  Preguntas al Rabino

·  Haftará

·  Información sobre la suscripción

·  Or Sameaj en el Web

Esta publicación también esta disponible en los siguientes formatos: [Text][Word]Explicación de estos símbolos


Resumen de la Parashá

Contenido

Nitzavim

Moshé reúne a todo el pueblo, jóvenes y ancianos, hombres y mujeres en esta iniciación final que toma lugar en su último día de vida.  El pacto no incluye sólo a los que están allí, sino que también a las generaciones que no han nacido aún.  Moshé aconseja al pueblo otra vez que se cuide mucho de la idolatría, porque a pesar de que fueron testigos de las abominaciones de Egipto, siempre habrá una tentación de experimentar filosofías extranjeras como un pretexto para la inmoralidad.  Moshé describe la desolación de la Tierra de Israel que resultará por la falta de cumplimiento de las mitzvot de D‑os.  Tanto sus descendientes como los extranjeros van a ver la desolación de la Tierra y su aparente inhabilidad para ser sembrada o para obtener producción. 

 

La conclusión será clara para todos - el Pueblo Judío ha abandonado Al que los protege para estar a favor de ídolos que no pueden hacer nada.  Sin embargo, Moshé promete que el pueblo se arrepentirá eventualmente, después de que las bendiciones y maldiciones se hayan cumplido.  Y por muy asimilados que ellos estén a otras naciones, D‑os los traerá otra vez a la Tierra de Israel.  Moshé le dice al pueblo que recuerde que la Torá no es una posibilidad remota, sino que el cumplimiento de la Torá está al alcance de todos.  La Parashá termina con una dramática elección entre la vida y la muerte: Moshé exhorta al pueblo a escoger la vida.

 

Vayelej

En este, el último día de su vida, Moshé va de tienda en tienda a través del campo, diciendo adiós a su querido pueblo, animándolos a "cumplir la Torá".  Moshé les dice que ya sea que él esté o no entre ellos, D-os está con ellos, y derrotará a sus enemigos.  Luego convoca a Yehoshúa, y en frente de todo el pueblo, le exhorta que sea fuerte y valiente como líder del Pueblo Judío.  De esta manera fortaleció el estatus de Yehoshúa como el nuevo líder.  Moshé les enseña la mitzvá de Hakhel; que cada siete años en el primer día de los días intermedios de Sucot, la nación entera, incluyendo niños pequeños, se debe reunir en el Templo para escuchar al Rey leer del Libro de Devarim.  Las partes que se leen tratan de la fidelidad hacia D-os, el pacto, la recompensa y castigo. 

 

D-os le dice a Moshé que su fin está cerca, y que por eso debe convocar a Yehoshúa a que esté con él en el Mishkán, donde D-os le enseñará a Yehoshúa.  Luego D-os le dice a Moshé y a Yehoshúa que después de entrar a la Tierra, el pueblo será infiel a El y comenzará a adorar otros dioses.  Entonces, D-os "ocultará su cara" completamente y parecerá que el Pueblo Judío va a estar a la merced del destino y serán perseguidos por todos. D-os le ordena a Moshé y a Yehoshúa escribir una canción - Ha'azinu - que servirá como un "testimonio" en contra del Pueblo Judío cuando peque.  Moshé la escribe y la enseña a los Hijos de Israel. Moshé completa su transcripción de la Torá, y ordena a los Leviim ponerla al lado del Arón (Arca Sagrada) para que nunca nadie escriba un nuevo rollo de Torá que sea diferente del original - al haber siempre una copia de referencia.

 




 

Comentario a la Parashá

Contenido

EL MISMO BARCO

“Hoy estáis todos presentes...” (29:9)

En silencio, entró a su cabina y cerró la puerta. Aquí abajo, en las entrañas del barco, se dejaba oír el ruido de las enormes turbinas y el sonido del océano deslizándose por debajo.

Abrió un pequeño armario y tomó una valijita; la colocó en la cama y giró la combinación a la posición correcta. Los cierres de la valija se abrieron. Levantó la tapa. Y allí estaba. El soplete láser más diminuto y más poderoso que se podía comprar en todo el Medio Oriente. Le quitó su funda de terciopelo y lo sostuvo delicadamente en sus manos. Luego corrió la cama y levantó la alfombra, y  quedó al descubierto el acero del casco de la nave. Apretó el interruptor y el láser cobró vida. Al chocar el rayo con el suelo de acero, el barco se estremeció.

Un minuto más tarde, golpearon fuertemente a la puerta.

“¿Qué está haciendo? ¡Abra la puerta! ¡Abra de inmediato! ¿Qué hace ahí adentro?”

“Estoy cortando un agujero en el suelo. Váyanse”

“¿Pero está Ud. loco? ¡Nos va a matar a todos!”

“Quién los manda a meterse en los asuntos de los demás? Yo estoy cortando un agujero en mi propia cabina”.

 

En la primera parte de la parashá doble de esta semana, Nitzavim, Moshé reúne a todos los miembros del Pueblo Judío en éste, el último día de su vida. Desde el más joven hasta el más anciano, desde el menos importante hasta el más distinguido, Moshé los convoca a un nuevo pacto. Pero ¿para qué hacía falta un nuevo pacto? ¿Acaso ya no habían hecho un pacto con D-os en el Sinaí?

Lo que diferenciaba a este pacto era que creaba una responsabilidad mutua entre todos los  judíos. No sólo ser responsables en el sentido de que uno debe cuidar al otro, alimentar y vestir a los pobres y a los enfermos, sino en el sentido de que “Yo soy responsable de todo lo que hace el otro”, como un hermano mayor. La idea aparece aludida en las primeras palabras de la parashá: “Hoy estáis todos  presentes”, que significa “Hoy estáis todos presentes, parados aquí el uno junto al otro”.

“¡Coerción religiosa! ¡’Big Brother’ te está mirando!” Muchas veces, oímos estas palabras que nos gritan desde los titulares del periódico. Y qué idea trágica e infundada representan. Cuando el judío le grita “¡Shabes!”a alguien que en Shabat pasa con el auto al lado de su casa, está gritando porque le duele. Siente esa misma responsabilidad que todos aceptamos el uno por el otro.

El Pueblo Judío es como un conjunto de centelleos de una misma alma. Y a todos nos une una conexión mística. Lo que hace cada uno de nosotros afecta a todo el resto. El judío no puede decir: “Miren, si a ustedes les parece bien cumplir el Shabat, no hay problema, pero ¿por qué me obligan a mí a hacer algo en lo que no creo? Yo vivo mi propia vida. Yo soy mi propio dueño”.

Con todo respeto, no es tu propia vida. La vida te la dieron. Y no eres tu propio dueño. Cada acto que haces afecta el mundo físico y el mundo espiritual. No hay acción que no produzca una reacción. Ningún hombre es una isla para sí mismo, ni ningún hombre tiene una cabina en la que pueda hacer un agujero en el suelo. Estamos todos en el mismo barco.

 

Rabí Mordejai Perelman

Sección:

??? Preguntas al Rabino ???

 

Leo de <lssux@salami.bellcore.com> escribió:

 

Estimado Rabino:

¿Qué se supone que uno debe hacer si un Sefer Torá se cae? Una persona me contó que se encontraba con otros en un cuarto que tenía un Sefer Torá sobre una mesa mientras otra persona lo mostraba a niños. Un lado del Sefer Torá rodó de la mesa hasta el piso. Dijeron que el Sefer Torá estaba bien, pero me preguntaron si yo sé qué se supone que se debe hacer en esta circunstancia: ¿debe una persona  ayunar por un día, 40 personas por un día, o una persona ayunar por 40 días? ¿O es todo lo dicho ‘bubba maisa’ (puro cuento)?

   

Estimado Leo:

No, no es ‘buba maisa’.

 

Quizás habrás escuchado del niño que le dijo a su madre, “Mamá, ¿te acuerdas de ese jarrón antiguo, de más de 3,000 años, por el que siempre te preocupas que yo lo vaya a quebrar..? Pues bien mama, ¡ya no tienes que preocuparte más!”

 

La Torá es un artículo muy sagrado. El dejar caer un rollo de Torá indica un cierto grado de falta de cuidado y de conceptualización de su santidad –seguramente serías muy cuidadoso si le vas a enseñar  tu valioso jarrón de la sexta dinastía Ming a unos niños, ¿no?

 

Cuando alguien hace algo malo, ciertas acciones pueden aligerar su culpabilidad. Dicha acción se denomina ‘tikún’. Un tikún por lo general sigue una regla conocida como ‘midá kenegued midá’ –que quiere decir que está conceptualmente relacionado a la transgresión. El ayunar 40 días ayuda a limpiar la falta de respeto demostrada al Sefer Torá, la cual fue dada en 40 días. Ya que todos los presentes sintieron la enorme desgracia y degradación, ellos también deberían ayunar.

 

Sin embargo, este ayuno de cuarenta días no tiene que ser cuarenta días consecutivos, y solamente incluyen las horas del día, no las de la noche anterior.

 

Hoy en día las personas no son tan fuertes y sanas como solían serlo. Así que en lugar de ayunar, todos los presentes deberían donar tzedaká (caridad).

 

En tu caso, el Sefer Torá no cayó completamente al suelo, sino que solamente un lado. Le pregunté a Rab Jaim Pinjas Scheinberg, shlita, al respecto, y el dijo que ya que el Sefer Torá no cayó por completo, no es tan malo como si hubiera caido entero. Sin embargo deberán dar tzedaká ya que de todos modos el Sefer Torá fue deshonrado.

 

Fuente:

Iguerot Moshé, Oraj Jaim 3:3.


¿Te gustó el ‘cholent’ de hace dos semanas? Aquí tienes otra porción...

Shimón Goldstein, desde Jerusalem, escribe:

Yo escuché que la palabra Cholent viene de las palabras “shul – end”, porque en muchas comunidades las personas no tenían hornos, así que antes de Shabat todos ponían sus ‘cholents’ en el horno del panadero. Shabat a la mañana, al finalizar shul (servicios religiosos en la sinagoga) cada uno iba a buscar su cholent donde el panadero.

 

Respuesta al acertijo de la semana pasada.

Pregunta: ¿En qué situación es una mitzvá comer, pero solo se puede comer alimentos parve?

 

Respuesta: En el “Melavé Malca” durante los “Nueve Días”, luego de haber comido carne.

 

Los nueve días desde Rosh Jodesh Av hasta el diez de Av son días de luto por la destrucción del Bet HaMikdash, durante los cuales nos refrenamos de comer carne y beber vino. En Shabat, sin embargo, se permite comer carne. Luego de comer carne, uno debe esperar un período de tiempo antes de comer algo lácteo. Por lo tanto, alguien que comió carne cerca de la culminación de Shabat no puede comer productos que contengan leche por el período subsiguiente; pero durante los “Nueve Días” no puede comer carne tampoco. Así que la situación se puede dar de que estás comiendo la seudá de “Melavé Malca” -la cuarta comida de Shabat- que es una mitzvá, y solamente podrás comer alimentos que son parve.

Hay una disputa entre los poskim sobre si la carne que sobró de Shabat se puede comer en el “Melavé Malca” durante los “Nueve Días”. Le pregunté a Rab Jaim Pinjas Scheinberg, shlita, sobre este respecto, y dijo que es mejor ser estricto.

¡“Yehí ratzón” –que podamos nosotros merecer ver la reconstrucción del Bet HaMikdash!

 

Fuentes:

Shulján Aruj, Oraj Jaim 551:9.

Shulján Aruj, Yoré Deá 89:1.

Shmirat Shabat Kehiljetá, vol. 2 63:10.


???¿ALGUNA PREGUNTA?
Si tiene alguna inquietud sobre leyes o costumbres de su judaísmo, o quiere aclarar aulguna duda, puede enviarnos su pregunta a
spanish@ohr.edu y procuraremos contestarle lo más pronto posible. Nos reservamos el derecho de publicar las preguntas y respuestas. No todas las respuestas dadas serán publicadas en "Judaísmo", pero todas serán respondidas, B´H.


 

Haftará

Yeshayahu 61:10-63:9

Contenido

En ésta, la última de las siete Haftarot de consolación, el profeta Isaías describe cómo, en la época del Mashíaj, así como  la tierra parecerá florecer y prosperar sin ningún cultivo previo, Hashem ha de redimir a Su pueblo, haciendo abundar la benevolencia, sin ninguna acción previa de su parte, y sin que ellos lo merezcan. Hashem conferirá toda Su bondad a través de Su infinita generosidad.

El Targum Yonatán traduce: “Por amor a Sión, no Me quedaré callado”, significando que jamás habrá paz en el mundo mientras el Pueblo Judío permanezca disperso en el exilio.

En los días últimos, Hashem vendrá “manchado con sangre de la batalla con Esav-Edom-Roma y su heredero espiritual” para liberar a Su pueblo y revelar que El estuvo junto a ellos en todos los exilios, frustrando los designios de los que quisieron aniquilarlos.

 

Unicamente la felicidad es una calle doble mano

“Celebraré intensamente con Hashem, mi alma se alborozará con mi D-os” (61:10)

Nuestros Sabios nos enseñan que el individuo tiene la obligación de pronunciar una bendición por una adversidad así como pronuncia una bendición por una cosa buena. (Berajot 54). Sin embargo, esto se aplica únicamente cuando la desgracia le acontece a uno mismo; pero si un vecino sufre una desgracia, no solo está prohibido alegrarse, sino que debe entender y compartir el dolor de su prójimo.

Eso es lo que significa el versículo “Celebraré intensamente con Hashem” . Cuando  percibo a Hashem a través del aspecto de Su Compasión, cuando El me bendice con una abundancia de bienes revelados, entonces puedo alegrarme y celebrarles y hacer que los demás celebren junto conmigo.

Pero cuando percibo a D-os a través de Su aspecto de juicio, “mi alma se alborozará con mi D-os” . Cuando la tragedia me afecta a mí, solamente yo tengo derecho a alborozarme, pues “el individuo está obligado a pronunciar una bendición por una adversidad igual que pronuncia  una bendición por una cosa buena”. Pero cuando la desgracia le afecta a un vecino, no solamente que está prohibido que yo sienta alborozo, sino que debo buscar todas las formas de compartir con ellos en su pérdida.


Escrito y Recopilado por: Rabino Yaakov Asher Sinclair
Editor y Responsable: Rabino Moshe Newman
Diseño de HTML: Moises Cohen


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