Ki Tavó
16 de Elul 5760;
16 de Septiembre 2000
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Resumen de la
Parashá
Cuando los Hijos de Israel moran en la Tierra de
Israel, sus primeros frutos son llevados al Templo y donados al Cohen en una
ceremonia que expresa el reconocimiento de que D-os guia la historia del Pueblo
Judío a través de los tiempos. Este pasaje forma la parte central de la Hagadá
que leemos en el Séder de Pésaj. En el último día de Pésaj en el cuarto y
séptimo año del ciclo de siete años de los diezmos, una persona debe recitar
una confesión en la que expresa que realmente ha distribuido los diezmos a las
personas correctas, de la manera correcta. Con esta mitzvá de Vidui Maaser,
Moshé concluye con los mandamientos que D-os le dijo que enseñe al Pueblo
Judío. Luego le pide al pueblo emular los caminos de D-os, ya que ellos son un
tesoro para El.
Cuando los Hijos de Israel cruzan el río Jordán, hacen
un nuevo pacto con la Torá. Grandes piedras son puestas y la Torá es escrita en
ellas en las 70 lenguas principales del mundo, después de lo cual se las cubre
con una fina capa de yeso. La mitad de las Tribus van a estar en el Monte
Guerizim, la otra mitad en Monte Eval, y los Leviim en el valle entre las dos
montañas, y recibirán doce mandamientos. Todas las personas contestarán
"Amén" a las bendiciones y a las maldiciones. Luego Moshé detalla las
bendiciones que serán otorgadas al Pueblo de Israel. Estas bendiciones son
tanto físicas como espirituales. Sin embargo, Moshé describe para ellos un
escalofriante cuadro de destrucción que caerá sobre ellos si no cumplen con las
enseñanzas de la Torá -- siendo el resultado de esto el exilio donde
deambularán entre las naciones.
Comentario
a la Parashá
AL BOTE SALVAVIDAS
“Y todas estas maldiciones caerán sobre ti para aniquilarte, por no
haber obedecido la voz del Eterno tu D-os y no haber cumplido con Sus preceptos
que te prescribió” (28:45)
Una vez
le pregunté a mi rabino por qué, de todos mis amigos, solo yo había elegido
retornar a la fe de nuestros padres. Mis amigos, casi sin excepción, se habían
casado con mujeres gentiles y estaban muy ocupados criando a sus hijos no
judíos.
El me
respondió con dos palabras hebreas: “zjut avot”. El mérito de los
ancestros. “Evidentemente, alguien de tu familia debió haber querido mucho la
Torá. Alguien, tal vez tu abuelo, o tu abuela, rezó mucho para que sus nietos
fueran judíos”.
Imagínate
que acabas de comprar una heladera. Te la envían en un embalaje de madera. Tú
quitas la heladera y arrojas a la basura la madera. Ahora imagínate que estás
con la misma heladera en un barco que se hunde. Tú tomas la madera y arrojas la
heladera.
Cuando
la mayor parte del mundo judío andaba a la busca de una heladera nueva, alguien
de mis ancestros se aferró a la madera, para no morir.
“Es
un árbol de vida para los que se aferran a ella, y alabados son los que la
sostienen”. Esta
frase de Mishlei (Libro de Proverbios) es repetida cada vez que
colocamos el rollo de la Torá en el Arca Sagrada. Tal vez la digamos para
acordarnos de lo que la Torá significa verdaderamente para el Pueblo Judío. Es
nuestro bote de madera en un mar tormentoso. No es tanto que los judíos
mantuvimos la Torá, como que la Torá nos mantuvo a nosotros.
En su
descripción del Arca Sagrada que albergaba a los Diez Mandamientos, la Torá nos
dice que las estacas con que se la transportaba nunca debían separarse de la
propia Arca: “Las estacas permanecerán en los aros del Arca; y no serán
quitadas de ella” (Shmot 25:15).
Estas
estacas representan a los que le ofrecen sostén financiero a la Torá. Así como
las estacas del Arca no pueden ser quitadas, los que sustentan la Torá y todos
sus benefactores son inseparables de los que estudian la Torá. Sin embargo, en
realidad, el Arca en ningún momento necesitó las estacas, pues no sólo que
cargaba con su propio peso, sino que hasta elevaba a los que la
“transportaban”.
Cuando
se casó Rabí Eliezer Gordon, fundador de la Telshe Yeshiva, su suegro, Rabí
Abraham Yitzjak Neviezer, quiso proveerle el sustento para que pudiese
dedicarse al estudio y transformarse así en un gran erudito de la Torá.
Con el
crecimiento de su familia, Rabí Gordon se empezó a sentir muy incómodo porque
pensaba que le resultaba una gran carga a su suegro, y muchas veces le pidió a
Rabí Abraham que le permitiese aceptar uno de los muchos cargos rabínicos que
se le ofrecían. A pesar de las dificultades financieras, Rabí Abraham se negó a
que aceptara la propuesta, e insistió en que continuara estudiando.
La
mujer de Rabí Abraham le preguntó a su
marido cuánto tiempo pensaba seguir manteniendo a su hija y su yerno. El le
respondió: “Querida, uno nunca sabe quién mantiene a quién...”.
Cuando,
por fin, le ofrecieron a Rabí Gordon el rabinato de Eisheshok, su suegro sintió
que no podía negarle que aceptara tan importante puesto.
El día
después de que la familia Gordón partió con destino a Eisheshok, falleció Rabí
Abraham Yitzjak. Entonces quedó en claro quién había mantenido a quién.
El Arca
transporta a los que la “transportan”.
“Es
un árbol de vida para los que se aferran a ella, y alabados son los que la
sostienen”. Los
que sustentan la Torá ciertamente han de ser alabados, y se sienten felices de
mantenerla, pero para que la Torá sea un árbol de vida que nos sustente a
nosotros y a nuestros descendientes, la Torá debe ser para nosotros como un
árbol de vida. Debemos aferrarnos a ella como el náufrago al pedazo de madera.
El mes
de Elul es una época en la que nos dedicamos en forma especial a la Torá y a
sus valores. Debemos aferrarnos a ella para no morir. Porque ella es nuestro
único bote salvavidas.
Rabí Zev Leff en Shiurei Biná, Rabí
Moshé Newman
???
Preguntas al Rabino ???
Un lector de inglaterra nos escribió:
Estimado Rabino:
¡Hola! Soy un Baal teshuvá. Antes de ser
observante me hice un tatuaje de ‘Snoopy’ en mi brazo. En verdad no me molesta,
con la excepción de cuando voy a nadar o cuando voy a la mikve, donde otras
personas religiosas lo pueden ver. Ocasionalmente he considerado removerlo,
pero tengo entendido que sería un error tan garrafal como el haberlo hecho en
un principio, ya que en ambos casos se está haciendo daño al cuerpo. ¿Es esto
correcto?
Su guianza me será de mucha ayuda.
Anónimo
Manny Saltiel también nos escribió:
Estimado Rabino:
En
Preguntas al Rabino de parashat Bamidbar escribieron que le estaba permitido a
un hombre lucir aretes, siempre que éstos no tengan un simbolismo prohibido en
la sociedad donde se los luzca. ¿Por qué la prohibición de causar daño al
cuerpo no se aplica también a los aretes? Después de todo se forma un hueco
donde no lo había antes. Y ¿No será esto un problema para las mujeres también?
Estimados Anonimo
y Manny:
La Torá
prohibe hacerse un tatuaje –desgarrar la piel para rellenarla de tinta. Esta
prohibición se aplica sólo al hacerse un tatuaje, pero no dice nada acerca de
quitarse un tatuaje, perforarse los lóbulos de las orejas o cualquier otra
forma de demacrar el ceurpo.
Hay sin
embargo, otra prohibición de laTorá –“Lo yosif”- no infligir una herida sobre
sí mismo. El remover un tatuaje implica herirse a sí mismo y frecuentemente
conlleva un desgarre doloroso de la piel. El perforar las orejas no es otra
cosa más que hacer un hueco en el cuerpo. ¿Acaso por esto está prohibido
quitarse un tatuaje o perforar las orejas?
Una vez
alguien le preguntó a Rab Moshé Feinstein, z´l, acerca de una joven muchacha
que quería incrementar sus posibilidades de matrimonio por medio de hacerse una
cirugía plástica. Rab Feinstein lo permitió ya que la operación se haría bajo
el consentimiento de la muchacha y es esencialmente para su propio bien.
Para
apoyar su dictamen, Rab Feinstein citó al Rambam: “Le está prohibido a una
persona infligir una herida, ya sea a sí mismo o a otros. Y el sólo hecho de
golpear a alguien en una manera hostil u ofensiva, aun cuando de ello no
resulte una herida,– ya sea si es a un niño o a un adulto, a un hombre o a una
mujer- es una transgreción de una prohibición de la Torá”. De aquí deducimos
que la prohibición se aplica sólo cuando se “golpea a alguien en una manera
hostil u ofensiva”.
El
Talmud relata el caso de un sabio que solía levantar la parte inferior de su
túnica al caminar entre plantas espinozas. “La piel se cura, la ropa no” dijo
el sabio. Aun cuando se estaba hiriendo su piel al caminar entre las espinas, no lo estaba haciendo en una manera
hostil ni degradante. Rab Feinstein cita esta anécdota como corroboración al
dictamen del Rambam.
Más
aún, escribe Rab Feinstein, la mitzvá de “veahavtá lerreaja kamoja”
(amarás a tu compañero como a tí mismo) te permitiría herir a alguien bajo su
consentimiento y para su beneficio. Ya que la cirugía cosmética es para el bien
de la mujer y está hecho bajo su consentimiento, entonces está permitido.
Según
esto, parece estar bien claro que es correcto el quitarse un tatuaje o
perforarse las orejas. Consulté al Rab Jaim Pinjas Scheinberg, shlita,
al respecto de remorver un tatuaje y dijo que sí, está permitido quitarse un
tatuaje.
Y
hablando de cambio de apariencias, tengo que contarles este incidente:
UNO se
encontró con OTRO y le dijo:
UNO:
“¡Alberto! ¡Has perdido tanto peso! ¡Te has teñido el cabello! ¡Y hasta te has
hecho cirugía plástica en la naríz!”
OTRO:
“Lo siento, pero no soy Alberto”.
UNO:
“¡¿Cómo?! ¿También te cambiaste el nombre?”
Fuentes:
Levítico 19:28, Tratado Makot 21a.
Deuteronomio 24:3.
Iguerot Moshé, Joshen Mishpat 2:66.
Rambam, Hiljot Jobel UMazik 5:1.
¿En qué
situación es una mitzvá comer, pero sólo se pueden comer alimentos parve?
La respuesta, la semana que viene...
???¿ALGUNA
PREGUNTA?
Si tiene alguna inquietud sobre leyes o costumbres de su judaísmo, o quiere
aclarar aulguna duda, puede enviarnos su pregunta a spanish@ohr.edu y procuraremos
contestarle lo más pronto posible. Nos reservamos el derecho de publicar las
preguntas y respuestas. No todas las respuestas dadas serán publicadas en
"Judaísmo", pero todas serán respondidas, B´H.
Yeshayahu 60:1-22
En
ésta, la sexta de las siete Haftarot de Consolación, el profeta Isaías convoca
a Jerusalén a que salga del dolor de la oscuridad y las sombras, para brillar
ante el mundo en todo su esplendor. La luz de la redención, tanto física como
espiritual, se irradia en ella. Sus hijos, hace ya tanto tiempo exiliados,
están de regreso, y, tras ellos, las naciones del mundo, que finalmente han
admitido que Hashem es Uno y Unico, y que el Pueblo Judío son sus emisarios.
Esta
redención, a diferencia de las que la precedieron, será una redención final y
completa. “Nunca más se pondrá vuestro sol, ni se alejará vuestra luna, pues
Hashem será para vosotros una luz eterna, y habrán terminado vuestros días de
luto”.
“Y tu pueblo, son todos justos, por siempre heredarán la Tierra , una rama de Mi plantación...” (60:21)
La gente
piensa que la reencarnación es un concepto oriental. Y sí lo es. Es un concepto
del Medio Oriente. Uno de los regalos del judaísmo al pensamiento oriental es
la reencarnación. Si una persona no sigue el camino que D-os le indica en este
mundo, su alma ha de retornar hasta que corrige sus faltas de carácter. El
versículo citado alude a dicho proceso: “Y tu pueblo, son todos justos...”
La pregunta sin formular es “¿Son todos rectos? Yo conozco más de uno que está
bastante lejos de ser recto!!” Pero entonces la frase siguiente del versículo
trae la respuesta: “una rama de Mi plantación”: los que no logren
alcanzar la rectitud serán “reimplantados” muchas veces hasta que por fin se
hagan realidad sus buenos actos. Hasta la persona más alejada de la rectitud
vuelve una y otra vez a este mundo hasta que transformarse por fin en un ser
virtuoso y noble.
Mahram Mizraji en Mayaná shel Torá
Escrito y Recopilado por: Rabino Yaakov Asher Sinclair
Editor y Responsable: Rabino Moshe Newman
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