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Parashat Jaié Sará
Para la semana que termina el 25 de Jeshván 5756; 18 de Noviembre 1995
La vida de Sará, madre del Pueblo Judío, llega a
su final a los 127 años. Después de llorarla y elogiarla,
Abraham la entierra en la Cueva de Majpelá. Siendo éste
el lugar donde están enterrados Adám y Javá,
Abraham está dispuesto a pagar a Efrom el Hitita, la increíble
suma que él pide por la cueva. Abraham pone la responsabilidad
de encontrar una adecuada mujer para Itzjak en su fiel sirviente
Eliezer, quien hace un juramento de elegir a una mujer de la misma
familia de Abraham y no de los canaanitas. Eliezer viaja a Arám
Naharaim, a la ciudad de Nahor, y reza a D-os por una señal
para saber a quién elegir. Al anochecer, cuando estaba
por dar agua a sus camellos, Rivká providencialmente aparece
y Eliezer le pide un poco de agua para beber. No sólo ella
le dió a él para beber sino que también sacó
agua para los diez camellos sedientos (como 140 galones!!). Esta
extrema consideración y bondad es la señal de que
ella es la correcta esposa para Itzjak, y madre del Pueblo Judío.
Después de negociar con el padre de Rivká y su familia,
Rivká se va con Eliezer. Itzjak la lleva a la tienda de
su madre Sará, se casa con ella y la ama. De ese modo es
también consolado por la pérdida de su madre. Abraham
se vuelve a casar con Hagar, a quien se le cambia el nombre por
Keturá para indicar la mejora en su comportamiento. Nacen
seis niños de esta unión. Después de darles
regalos a todos ellos, Abraham los manda al Este. Abraham muere
a la edad de 175, y es enterrado junto a Sará en la Cueva
de Majpelá.
Comentario a la Parashá
"Y Abraham vino para elogiar a Sará"(23:2)
Cuando Abraham vino a elogiar a Sará, se centró
en la Akeidá - el sacrificio de Itzjak- para ejemplificar
las cualidades de Sará. Sará había educado
a un hijo que estaba preparado a dar su vida para servir a D-os,
y no puede haber un testimonio más grandioso de las cualidades
de un padre que las cualidades de su hijo. Esto debe servir como
un poderoso recuerdo a los padres: que los valores espirituales
de sus hijos son inevitablemente un reflejo de los de ellos.
HaDrash v'Halyun in Maianá shel Torá
"Que sea que la moza a la cual yo diga: Inclina, por
favor, tu cántaro para que yo beba y que ella diga: Bebe
y también a tus camellos abrevaré - que sea ella
la que has indicado para tu servidor, para Itzjak..."(24:14)
Un hombre pobre una vez preguntó al Rav de Brisk si cumplía
con su obligación de tomar los cuatro vasos de vino en
Pesaj, tomando cuatro vasos de leche. El Rav de Brisk le dijo
que lo haga con vino y le ordenó a su esposa que le diera
una gran suma de dinero del fondo de
tzedaká comunitario
para que se comprase vino y carne para la fiesta. Después
de que el hombre pobre se fue, la
rebetzin preguntó
a su marido por qué le dió dinero para comprar carne
cuando la pregunta fue sólo sobre el vino. El Rav de Brisk
respondió que si este hombre iba a tomar cuatro vasos de
leche en el
Seder de Pesaj, ciertamente no estaba planeando
comer carne, también por falta de fondos. Qué distinguida
era la bondad de Rivká que no sólo podía
entender lo que Eliezer le dijo, sino que también entendió
cuáles eran sus necesidades reales.
La verdadera bondad
está en entender las necesidades de otros aún cuando
ellos son incapaces de expresarlas.
"Y había salido Itzjak para meditar, en el campo,
hacia el atardecer..."(24:63)
Una persona Judía reza tres veces al día: En la
mañana, en la tarde y en la noche. Aprendemos de este versículo
que fue Itzjak quien instituyó Minjá, el rezo de
la tarde. Minjá es un rezo muy diferente al de la mañana
y al de la noche. En la mañana, una persona no se ha compenetrado
todavía en el agitado mundo de trabajo. Sus pensamientos
son pacíficos y su estado de ánimo calmo. Similarmente,
al final del día, ya sea que tuvo frustraciones o éxito,
problemas o triunfos, ya pasó - otro día ya pasó,
y uno descansa y reza con calma, o al menos resignación.
Pero cuando una persona se encuentra, en el medio de la tarde,
sumergido en sus problemas de negocios y las dificultades diarias,
y se dirige a su Creador en plegaria - qué difícil
es alejar a la mente de las distracciones y concentrarse completamente!!
El símbolo de la preocupación en las cosas de este
mundo es el
campo - sembrar, trillar, plantar, cosechar,
etc. - porque aún en nuestra época moderna las necesidades
básicas del hombre se concentran en el
campo. "Había
salido Itzjak para meditar, en el campo..."- su rezo
fue mientras estaba en el
campo, en el medio de su trabajo
y asuntos de negocios. Fue en esta atmósfera que Itzjak
instituyó el rezo de la tarde de
Minjá y
su poder para iluminar el mundo material.
Rabbí Shelomó Iosef Zobin en Torá u'Moadim
I Reyes 1:1-31
La necesidad de asegurar la continuidad del Pueblo Judío,
que es el tema de la Parashá de esta semana, está
reflejado en la Haftará: David Hamelej está llegando
al final de sus días (como Abraham) y su hijo mayor, el
atractivo e indulgente Adonijá trata de arrebatar la sucesión
de Shelomó, heredero del Rey David. Pero el Rey David es
alertado del plan de Adonijá por su mujer Batsheva y Natán
el profeta, y la conjura es frustrada.
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